“¡Vamos, vamos, vamos! Aprovechá la contracción, ¡dale, dale dale!”. El obstetra da instrucciones y alienta en la misma oración. Jésica le hace caso. Se esfuerza, puja, le duele, grita. El médico vuelve a alentarla: viene la última de las contracciones que ella cronometra hace trece horas. Grita más fuerte, le dicen “ahí viene”, y apenas después se queda en silencio. Como Iván, su compañero, como las dos parteras que la asisten, como el médico. Todos en silencio para escuchar un grito agudo, espasmódico, que retumba contra los azulejos de la sala. Es Ángeles Dianela, que pesa 2,800 kilos y que se calma sólo cuando su mamá la recuesta sobre su pecho y le dice “hija” por primera vez. El aliento del obstetra, la contracción de la madre y el llanto vital del bebé son la banda sonora de los pasillos del Instituto de Ginecología y Obstetricia Nuestra Señora de las Mercedes, de San Miguel de Tucumán. En La Maternidad, como se la conoce aquí, hay entre 15 y 20 partos por día. En 2016 hubo 6.096 nacimientos y, según el Ministerio de Salud de la Nación, en 2014 fue la institución donde más partos hubo en el país. La Fundación Bill y Melinda Gates, a través de un laboratorio estadounidense especializado, financia en La Maternidad la investigación de una vacuna que se aplica a mujeres embarazadas. Buscan así prevenir las formas más graves de bronquiolitis en menores de dos años.En ese segmento, la prevalencia de la enfermedad es muy alta: afecta a ocho de cada diez bebés.

“Las formas más graves de la bronquiolitis pueden ser riesgosas para un niño de pocos meses; la vacuna busca que, a través de la placenta, el chico reciba el anticuerpo y esté más protegido al nacer”, describe en su despacho Rossana Chahla, ministra de Salud de Tucumán. La investigación, que en esta provincia empezó en enero de este año, fue anunciada en 2015 a nivel mundial y es llevada a cabo por Novavax, un laboratorio que trabaja en el desarrollo de nuevas vacunas. Según explicó la funcionaria, cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud y “es un estudio multicéntrico que también se lleva a cabo en EE.UU., México, Sudáfrica, Chile, Australia y Nueva Zelanda”. Consultados por Clarín, desde la fundación del creador de Microsoft, informaron que la inversión global es de 89 millones de dólares.

“La investigación se llevará a cabo en La Maternidad durante tres años: la vacuna se aplica a mujeres que estén cursando hasta su cuarto embarazo y que tengan entre 18 y 40 años. No puede ser un embarazo múltiple y tiene que haber transcurrido de manera saludable hasta el momento de vacunarse”, explica Elena Hurtado, directora del centro de salud. “Los chicos recibirán seguimiento durante su primer año de vida, y está contemplado que el traslado corra por cuenta de los investigadores aunque no hay ninguna otra compensación prevista por participar en el estudio”, agrega.

Uno de los motivos por los cuales se eligió a La Maternidad, sostiene la ministra, que dirigió ese centro de salud entre 2003 y 2015, “es la alta complejidad de sus unidades de obstetricia y neonatología”. El otro es el alto número de nacimientos. Según el Ministerio de Salud de la Nación, en 2014 y con 9.729 partos, fue la maternidad con más nacimientos del país.

No hace falta la cifra oficial para notar esa masividad. En la planta baja de La Maternidad, en una dependencia del registro civil en la que se tramitan unos 40 DNI por día, siempre hay que esperar horas, y esa espera se contabiliza en una escala ad hoc: “Ya le di la teta tres veces”, cuenta Moira, con Luciano a upa. Enfrente, en una oficina pequeña, más de diez mujeres hacen los primeros trámites de identificación de los chicos antes de poder llevárselos a casa: lo primero que les preguntan es si hay un padre que reconozca al bebé.

“Para la investigación hubo que esperar que la ANMAT -Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica- autorizara la droga. Por eso recién se empezó en enero”, explica el pediatra neumonólogo Conrado Llapur que, como parte del Sistema Provincial de Salud, es miembro del equipo que supervisa la prueba. Como la ministra y los directivos, evita entrar en detalles: de la droga implementada, de la cantidad de veces que se suministra, de posibles efectos colaterales y de a quiénes ya se les aplicó la vacuna no hablarán.

“Las investigaciones clínicas implican protocolos de confidencialidad que, al estar respaldados por organizaciones tan importantes, son más estrictos; habrá resultados parciales, pero los oficiales se darán a conocer dentro de tres años”, argumenta Llapur. “Como toda vacuna, esta busca neutralizar la enfermedad y que sólo se desarrolle en formas leves”, explica Daniel Amado, subdirector de La Maternidad.

Detrás de la puerta que da al pasillo al que desembocan diez salas de parto alguien grita: “¡Dale, dale, dale!”. En la sala de los familiares ya nadie mira el celular, ya nadie habla: todos esperan un grito que retumbe contra los azulejos.