Por Alejandro Maidana

Matar por “deporte”, una práctica tan abominable como explicita que parece haber encontrado en la provincia hermana de Entre Ríos, un espacio donde saciar su sed con total impunidad. Si bien hay plena conciencia de que este tipo actividades como la caza deportiva, destruyen la fauna nativa y contaminan el agua con plomo, los cotos de caza siguen adelante ofertando un turismo que de aventura no tiene absolutamente nada.

Todos los años, desde CEYDAS (Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres) y RACTES (Red Argentina Contra el Tráfico de Especies Silvestres) y que ha contado en los últimos días con el apoyo y adhesión de decenas de organizaciones, relanzan una campaña que busca concientizar sobre la importancia de ponerle fin a la caza furtiva de la fauna autóctona de la provincia de Entre Ríos. La acción sistemática de estas organizaciones, se debe a que año tras año el gobierno de la provincia litoraleña habilita la caza de algunas especies particulares.

Hace 40 años que la provincia de Entre Ríos ha sido atacada, avasallada y diezmada por los famosos cotos de caza. Cabe destacar que los mismos responden a las empresas de Turismo Aventura ¿Qué aventura no? Quizás se trate de la aventura de aniquilar nuestra fauna, sobre todo a las aves que es este caso puntual, y a los patos para aportar mayor precisión.

Gabriel Bonomi es docente e integrante de CEYDAS, a través de una imprescindible charla con Conclusión, acercó una serie de detalles que explicitan lo aberrante de una actividad que no escatima en sangre. “Básicamente es esto, una burda matanza de animales silvestres, un negocio que implica grandes masacres. Los cotos traen cazadores extranjeros, fundamentalmente y en su gran mayoría de Estados Unidos y de Europa, paradójicamente en sus países de orígenes la caza de especies autóctonas está prohibida, pero ellos vienen a hacerlo aquí, ya que Entre Ríos les abren la puerta para que se puedan producir aquí en nuestro territorio esas matanzas. Cuando digo Entre Ríos, me refiero al gobierno de Entre Ríos, que es el que permite esto”, sostuvo en dialogo con Conclusión Gabriel Bonomi, integrante de CEYDAS (Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres).