Todas las semanas se emite por Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder intepelarla profundamente. Es por ello que Catalejo a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En esta oportunidad, abrimos el debate sobre el imprescindible trabajo que realiza «El otro campo», el que alimenta, el que produce sin agrotóxicos, el que pelea por subsistir ante los continuos embates del agronegocio depredador.

Tanto Jeremías Chauque como Federico Di Pasquale, vienen construyendo junto a campesinas y campesinos del cordón frutihortícola de la provincia, esa soberanía alimentaria de la que mucho se habla, pero poco se hace para concretarla. Un camino de memoria, de resistencia, de cuidado de una tierra que sigue gritando su dolor debido a la deshumanizante injerencia de un modelo industrial que detesta la biodiversidad en todas sus ramificaciones.

El otro campo toma la palabra, el empobrecido, el que produce los alimentos que consume el pueblo argentino, el de la agricultura familiar campesina, esa que se ha visto perjudicada por las distintas políticas públicas que la han invisibilizado, marginado y silenciado. Las políticas agrarias nunca estuvieron pensadas desde y para los sectores que albergan a trabajadoras y trabajadores de la tierra, por eso ellos hoy, tienen mucho para decir.