Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

 

En este capítulo, Alejandro Maidana dialogó con el abogado ambientalista Enrique Zárate, quién de manera insistente viene presentando a nivel nacional un proyecto de ley que buscar reducir progresivamente la utilización de agroquímicos. La lucha por el tan ansiado cambio de paradigma en la manera de producir, no tiene pausa alguna.

Un intento más, un nuevo camino trazado desde el compromiso ambiental, pero por sobre todo humano, busca cercenar el avance sostenido de un modelo de producción despreciativo de la vida en todo su conjunto. Si bien el monstruo está vivo, flaquea en sus intentos de mantenerse de pie, los profundos impactos sociales que empujó la siembra directa y su paquete tecnológico, se reflejan en el dolor de un país que siembra commodities para seguir cosechando pobreza.

La Argentina es un reguero de agroquímicos, un sembradío de privilegios para unos pocos que no dudaron a la hora de transformar a este país en un explícito laboratorio a cielo abierto. En nuestro territorio se utilizan más de 500 millones de litros de agrotóxicos por año, pero más precisamente, en donde moran 12 millones de personas, se fumiga utilizando 300 millones de litros de agroquímicos. Un verdadero dislate, un crimen legal que se pasea impunemente anclado en un lobby feroz y un deleznable blindaje mediático.

Años atrás, con la intención de avanzar en la búsqueda de datos certeros que no puedan ser refutados, Enrique Zárate decidió iniciar un recorrido por distintas verdulerías y almacenes junto a una escribana, allí tomaron una bolsita y la llenaron de los elementos antes mencionados con el fin último de hacerlos analizar. Los resultados fueron contundentes, se detectó la presencia de agroquímicos, algunos de marcada peligrosidad como el clorpirifos, triplicando muchos de ellos el nivel de toxicidad permitida.

En aquella oportunidad Zárate indicó: “Podemos aseverar que el 50% de las frutas, verduras y legumbres analizadas, superaron ampliamente los niveles de toxicidad permitidos. Toda una alerta que no hizo otra cosa que impulsar aún más nuestro deseo de exigir prontas respuestas en torno a los controles estatales”.

El último informe de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), caló muy hondo en la humanidad de este abogado que no se resigna y doblega la apuesta desde el derecho ambiental que abraza. En dicho informe, se recopiló información científica actualizada, generada local y mundialmente, sobre pesticidas y salud infantil, tema que tiene un fuerte impacto en la salud colectiva de los argentinos y de los niños en particular. Reconociendo el carácter tóxico de los pesticidas, y nombrándolos como lo que son: «AGROTÓXICOS».

El objetivo del renovado proyecto de ley presentado por Enrique Zárate, insta a “reducir gradual y continuamente la disponibilidad, acceso y uso de agroquímicos para disminuir hasta eliminar la carga de exposición en la población argentina y reducir el riesgo y el daño para la salud colectiva y reconvertir las prácticas agrícolas desde una matriz sostenible en el uso de agrotóxicos, hacia una agricultura libre de venenos y de carácter agroecológica con estímulos a las mismas”.