Por Alejandro Maidana

Más de dos siglos de un predominio sin precedentes de la oligarquía terrateniente, la firma de un acuerdo de paz que solo serviría de excusa para iniciar persecuciones y crímenes sistemáticos de líderes y lideresas indígenas.

La tierra como eje de un conflicto que grita su dolor desde las vísceras mismas de aquellos que no se resignan a mirar desde afuera, una fiesta que tiene desde siempre a los mismos anfitriones. Un “acuerdo” de paz que lleva contabilizado alrededor de 800 asesinatos, un estallido social que ganó las calles construyendo paros generales que persiguen el despertar de la conciencia de un pueblo que dijo basta.

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Un quiebre social que amenaza con transformarlo todo, “lo que está sucediendo en Colombia no tiene precedente alguno, sin bien en nuestro país los paros y movilizaciones se vienen sucediendo desde siempre, luego del proceso de paz esto se ha potenciado de sobremanera. Se cayó la cortina de humo que sostenía que la guerrilla era la culpable de todo, hoy la gente está en las calles persiguiendo cambios profundos y de raíz”, sostuvo Indalecio Cañas Medina en un nuevo envío de El Grito de la Tierra.

Los jóvenes como ariete de una revolución que ha entusiasmado hasta el más escéptico, “son ellos los que no se han tragado el tero como le decimos nosotros, al igual que en Chile, este proceso marca a las claras que no se va a volver atrás. Si bien las comparaciones suelen ser odiosas, deberíamos remitirnos al Bogotazo de 1948, si bien en esa oportunidad todo fue más sanguinario en torno a lo represivo, hoy la realidad nos demuestra que con una ciudadanía empoderada el final puede ser otro”.

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Colombia, el gendarme de los Estados Unidos en América Latina, “como mucha gente ya sabe la posición geoestratégica para la participación activa del imperio de turno, es fundamental. Tenemos la bota de la Casa Blanca y el Pentágono sobre nuestras cabezas, ellos saben que si esa ficha se le da vuelta, el destino del Continente puede ser otro. Este terremoto social se viene cocinando desde la gente, y eso es lo que nos llena de esperanzas en este nuevo proceso independentista”.