En tiempos de coronavirus, tal vez la ley primera sea no reunirse en espacios cerrados, donde las posibilidades de contagiarse aumentan de manera exponencial. En esos casos, para atenuar el riesgo es necesario abrir las ventanas. Pero, de cara al verano, cuando el aire acondicionado irá ganando protagonismo, será prudente tener en cuenta ciertas recomendaciones para usarlo correctamente y disminuir las chances de contagio.

Carolina Subirá, infectóloga y miembro del Consejo técnico Operativo de coronavirus que asesora al Ministerio de Salud de la provincia habló con Conclusión y antes de entrar en detalles, aclaró que “no es lo mismo el aire acondicionado en un domicilio particular donde hay un grupo familiar que es el que convive habitualmente, que los aires que se utilizan en empresas o lugares donde coexisten gran cantidad de personas. En uno y otro caso no sería lo mismo en cuanto a las recomendaciones que hay tanto a nivel nacional como internacional”.

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“A nivel internacional se está recomendando respecto del uso de los aires acondicionados, siempre y cuando tengan la capacidad de ingresar aire del exterior, renovar el aire, para que no esté todo el tiempo recirculando el mismo aire viciado”, apuntó como primer factor a tener en cuenta.

En ese sentido, se recomienda que los aires se prendan dos horas antes y se mantengan prendidos durante todo el día hasta dos horas después de que las habitaciones se desocupan. “El aire acondicionado no se tiene que estar toqueteando, se deja en una temperatura fija y se mantiene de esa manera, no hay que variarlo”, destacó la especialista.

Asimismo dijo que “no se debe utilizar el aire en modo ventilación, porque en este caso se recircula el mismo aire que es justamente lo que no hay que hacer. Se debe utilizar en modo refrigeración”.

En cuanto a recomendaciones energéticas, Subirá explicó que el aire lo que hace es, por un lado alterar la temperatura, y por otro, los porcentajes de humedad. Por eso se recomiendan temperaturas de entre 22 grados a 25º y humedad del 60%.

Por último, precisó que “para todo lo que es la industria o las instituciones de salud se utilizan equipos de aire que tengan filtros, estos filtros implican utilizar equipos de acondicionamiento de aire que tienen que inyectar el aire externo, idealmente 80% aire nuevo y 20% recirculado”.

¿Cómo renovar el aire?

Probablemente los aires acondicionados de uso hogareño, en su mayoría sistema Split, no permitan la renovación de al menos el 80% del aire total en una habitación por hora, que es lo que se prefiere en instituciones de salud, porque el equipamiento no está diseñado para eso. En estos casos, según precisó la infectóloga, como el aire no es de tipo industrial, lo recomendable es “una vez por hora abrir las ventanas para generar renovación del aire y después volver a cerrarlas”.

“Dejar funcionando el aire acondicionado todo el día con una ventana abierta estaría sobrecargando el equipo y aumentando el consumo energético y no es lo recomendable. Por eso es preferible ventilar el ambiente cada una hora”, indicó y agregó: “Ocurre lo mismo con los ventiladores de pie o de techo”.

No obstante, Subirá fue contundente: “El problema no es el aire acondicionado sino la falta de renovación del aire, la recirculación del aire viciado, la falta de distanciamiento, el no uso del tapabocas. No es solamente el tema del aire acondicionado sino todo lo demás mal usado”.

¿Cómo usar los ventiladores?

Siempre hablando del uso de los ventiladores en los domicilios particulares, ya que “en cualquier otra institución los ventiladores de pie y de techo están prohibidos, no se deberían usar”, Subirá dejó en claro que “el ventilador lo que hace es generar una corriente de aire pero no ingresa aire del exterior, por lo que lo ideal sería que se abra la ventana y se ponga el ventilador tomando el aire de la ventana y llevándolo dentro de la habitación. Ese es el correcto uso del ventilador de pie. Siempre hablando en el ámbito hogareño”.

La idea no es instalar el miedo a usar estos equipos, sino utilizarlos con responsabilidad, siempre y cuando en el domicilio se encuentren solo las personas del núcleo familiar.