Al menos un par de veces al año, la Luna pasa exactamente sobre la sombra de la Tierra provocada por la luz del Sol, dando paso a un eclipse.

Sin embargo, el eclipse total de Luna de este 26 de mayo será aún más especial, pues coincide con el perigeo (el momento de la órbita en el que nuestro satélite natural se encuentra más cerca de la Tierra) y por lo tanto, traerá consigo la Luna llena más grande y brillante de todo el año.

En América, el eclipse lunar será visible totalmente en Chile y el suroeste de Argentina, en México y Centroamérica, en Ecuador y la costa oeste de Perú y en el centro y la costa oeste de los Estados Unidos. El fenómeno también será visible desde Australia, Hawai y en algunos países del sureste asiático.

El eclipse penumbral empezará a las 5.47 y el eclipse parcial arrancará a las 6.44. En este punto del planeta el eclipse podrá verse en su mayor magnitud a las 7.46, antes de que la Luna empiece a desaparecer.

Para poder apreciar el eclipse solo bastará con un cielo despejado, sin nubes. Se podrá contemplar a simple vista, sin necesidad de contar con un telescopio.

 

¿Cómo ocurre un eclipse lunar?

El momento en que la Luna, la Tierra y el Sol se alinean da lugar a un eclipse lunar: en este caso, la luz del Sol reflejada en la Luna es bloqueada por la sombra proyectada de un cuerpo eclipsante, nuestro planeta.

La intensidad de un eclipse lunar depende de la zona de la sombra terrestre que atraviesa la Luna, dividida en dos regiones: la umbra, la parte más oscura de la sombra de la Tierra y la penumbra, donde se filtra parcialmente la fuente de luz.

Cuando la Luna atraviesa únicamente la penumbra se produce un eclipse penumbral casi imperceptible; pero si la Luna transita completamente por la umbra, entonces el eclipse toma tintes rojizos o naranjas y es considerado un eclipse total lunar, que alcanza su punto máximo cuando nuestro satélite recorre la umbra.

¿Por qué la Luna se ve roja durante un eclipse total?

Durante los eclipses, la Luna toma una tonalidad naranja o rojiza provocada por el viaje de la luz solar a través de la atmósfera terrestre, que al igual que en un atardecer, bloquea la luz azul y permite el paso de la luz roja de una longitud de onda más amplia.

Para disfrutar de este eclipse lunar y Superluna no es necesario utilizar un telescopio u otro ningún instrumento óptico; sin embargo, es posible observar detalles de la superficie lunar a través de un ocular o binoculares.