Los López son una familia oriunda de Temuco, una localidad del sur chileno, y desde hace tres meses emprendieron la experiencia de sus vidas: recorrer el continente a bordo de «La Rojita», su casa rodante marca Mercedes Benz del año 96, en un viaje que, estiman, les llevará cerca de dos años.

Así, Jaime, Camila y sus tres hijos, Tomás (14), Maximiliano (5) y Amanda (2) partieron en octubre desde su ciudad natal y se encaminaron a Argentina, donde comenzó su travesía. En las últimas semanas llegaron a Rosario, donde permanecieron por 15 días con sede en Pérez.

Conclusión dialogó con Camila, quien contó que cerca de tres años atrás su marido vio un video de una familia argentina que en el año 2000 salió a recorrer América y le propuso a su mujer imitar la experiencia.

«La Rojita»

«Toda la vida me gustaron los viajes, pero soy muy tradicional, soy profesora, entonces para mi era como un sueño inalcanzable esto. Cuando Jaime me propone esta idea, le dije que estaba loco, me surgieron todas preguntas que se pueden imaginar: cómo lo hacemos, dónde, cuándo, cómo nos mantenemos, porque somos una familia de clase media, llegábamos a fin de mes con la plata muy justa y no nos podíamos dar algunos gustos a nivel familiar», explicó la mujer.

Sin embargo, el paso del tiempo la hizo cambiar de opinión y la familia apostó por la aventura de recorrer el continente en un colectivo. «Me di cuenta de que la vida es muy corta, es muy rápida. No necesariamente hay que vivir como una eterna rutina, tu rutina puede cambiar, sólo que hay que cambiar la cabeza«, explicó Camila.

A rodar la vida: desde Chile hasta Alaska

La familia lleva tres meses en las rutas y salieron de Chile un poco después de que comenzara el estallido social, el cual los obligó a cambiar el recorrido del viaje, ya que no pudieron pasar por Santiago debido a que las rutas estaban cortadas y circular por esos caminos era peligroso.

«Nuestro proyecto es recorrer América en su totalidad, si todo se nos da, queremos llegar hasta Alaska. Generalmente cuando los viajeros hacen esta ruta se saltean Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil porque a los chilenos nos conviene recorrer Chile hasta el norte y salir por Perú, Ecuador y Colombia», explicó la joven.

Sin embargo, señaló que tenían «una corazonada» de que recorrer Argentina, Uruguay y Brasil iba a ser una experiencia interesante, por lo que decidieron incluir a estos países en su recorrido. «Hasta ahora ha sido maravilloso», aseguró Camila.

Y explicó: «Entramos por Malargüe, provincia de Mendoza, seguimos por San Rafael, pasamos por San Luis y ahí fuimos a Río Cuarto, de ahí recorrimos la provincia de Santa Fe y ahora llegamos a Buenos Aires».

Si bien la familia calcula que el recorrido les llevará cerca de dos años, reconocieron que el viaje se fue alargando. «En Argentina pensábamos que íbamos a estar un mes y medio y ya vamos por los tres meses, así que todo va variando», aseguraron.

La familia con los bomberos de Pérez

Aprender viviendo

Consultada sobre cómo manejan el tema de la educación de sus hijos al estar dos años viajando por el continente, la mujer indicó: «En Chile tienes a opción de rendir exámenes cuando regresemos. En el caso de nuestros hijos, tenemos todos los libros que entrega el Ministerio para que ellos vayan estudiando de acuerdo a lo que corresponda en cada nivel».

«Tenemos la rutina de estudio, varía en la cantidad de tiempo, pero vamos estudiando a medida que vamos avanzando, y cuando lleguemos a Chile ellos pueden rendir los exámenes para nivelar los cursos que tienen que pasar. Esa es una opción. La otra es que si quisiéramos adelantar podemos ir al Consulado de Chile en algún país y solicitar la rendición de los exámenes para que puedan ir avanzando», agregó.

No obstante, aseguró que a esta última opción no la consideraron porque en «cada lugar donde vamos encontramos algún hecho, algún lugar o alguna característica especial que es necesario investigar. Por ejemplo, cuando estuvimos en Rosario, estaba el Río Paraná, entonces a Tomás -que es el más grande- le dijimos que investigue sobre el río, que nos cuente lo que pasa, dónde nace, si es uno de los más grandes, todo. Entonces también van estudiando de acuerdo al lugar donde estamos, es aprender viviendo«.

¿Cómo se organizan con lo económico?

En relación a cómo adquieren los recursos para asegurarse víveres que les permitan continuar el viaje, Camila explicó que recibieron mucha ayuda antes de partir de Chile, donde la gente les regaló desde azúcar hasta combustible.

«Recibimos distinto tipo de ayuda. Como Jaime es instructor de bombero, cuando llegamos a una ciudad nos presentamos en el cuartel de bomberos. Él es instructor en hidráulica y lo que hace es ayudar a los bomberos y compartir lo que sabe y lo que ha ido estudiando. Cuando termina su trabajo generalmente siempre viene la pregunta de cómo nos ayudan y ahí les pedimos si nos pueden brindar combustible, alimentos o efectivo, lo que sea más fácil. Hasta ahora se ha dado súper bien», detalló.

La familia se moviliza en un colectivo equipado con camas para todos sus integrantes, más una que se puede armar en caso de visitas, un comedor, muebles para poner ropa, baño, cocina y los asientos de los niños.

Su paso por Rosario

Camila y Amanda en el Acuario de Rosario

La familia recibió el año en la ciudad, teniendo como punto de estacionamiento a Pérez. «Estuvimos con los bomberos durante dos semanas, trabajando con ellos todos los días, fue una experiencia increíble», dijeron.

Y manifestaron: «Rosario es una ciudad muy grande, preciosa, conocimos el Monumento a la Bandera, la playa La Florida, fuimos al acuario. La gente es muy cariñosa, al principio te meten un poco de susto con las ciudades grandes pero la verdad es que tuvimos una muy buena experiencia».

Vivir el estallido desde afuera

Cuando los López comenzaron su viaje, por el mes de octubre, su país estaba envuelto en un estallido social que aún perdura, aunque en menor medida.

Consultada por Conclusión sobre cómo fue vivir la crisis desde afuera, Camila expresó que «fue duro porque estábamos muy nerviosos por nuestra familia que vive en Santiago, donde hasta el día de hoy sigue siendo una situación muy compleja».

«Para sumar a la tensión, la hermana de Jaime es enfermera y ayuda a los manifestantes, entonces siempre estamos ahí en la vocación de servicio pero siempre pendientes de que no le vaya a pasar nada. Hay un desgaste emocional muy grande tanto para los que están allá como para los que estamos acá«, explicó.