Por urgente24.com

Clarín vs. Página/12: 6 contra 6 por la verdad sobre Maldonado.

Para urgente24.com, la verdad acerca de la muerte de Santiago Maldonado surge del siguiente compacto de datos publicados por el matutino oficialista Clarín y su antagonista, el matutino opositor Página/12. Y simboliza la profunda distorsión que provoca la maldita «Grieta», opción a la que se ha renunciado en este medio. Pero, además, ambos relatos contrapuestos tienen porciones de verdad que, si se lograra reunirlas, permitirían reconstruir lo que realmente sucedió:

Raúl Kollman, en el diario Página/12:

> «(…) Está claro que el artesano de ninguna manera se hubiera metido en el cauce por voluntad propia, ya que no sabía nadar y le tenía miedo al agua. La persecución terminó con el joven sumergido y en ese punto aparece otro elemento que seguramente jugó en su contra: Santiago llevaba encima muchísima ropa que al mojarse produjo un peso muy difícil de soportar; tres pullóveres, tres pantalones, una campera, borceguíes, dos pares de medias. En la autopsia se lo pesó vestido, 83 kilos, y desnudo, 52. Una masa enorme de 31 kilos adicionales».

> «(…) La autopsia no pudo fijar hasta ahora la cantidad de días que el cuerpo estuvo en el agua. A primera vista, los forenses sostuvieron que parecía un cuerpo que tenía sólo siete días, pero que no se podía descartar que estuviera allí desde el primer momento porque ese río por las noches baja hasta a doce grados bajo cero. Todo esto se determinará en el laboratorio y en el microscopio, sobre todo estudiando los microorganismos e insectos. Pero aun si estuvo desde el principio en ese lugar, el mapa demuestra que es donde intervinieron los gendarmes y donde persiguieron al joven”.

> «(…) Como lo reveló el periodista Horacio Verbitsky, el número 2 del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, viajó al sur especialmente para arengar a las fuerzas de seguridad contra los mapuches. La reunión fue en Bariloche el 31 de julio, el día anterior a la desaparición de Maldonado. En ese encuentro, los ministros de Seguridad, la procuradora de Río Negro y los jefes policiales de Río Negro y Chubut escucharon asombrados la exposición feroz de Noceti, quien insistió en que debía actuarse sin orden judicial y utilizando la figura de la flagrancia. Según los presentes, Noceti estaba fuera de sí. En un encuentro posterior, el juez Guido Otranto le advirtió a Noceti que la figura de flagrancia se podía usar para despejar la ruta pero no para perseguir a la comunidad mapuche dentro de la Pu Lof”.

> «Los funcionarios y las fuerzas policiales provinciales se desmarcaron del desequilibrio de Noceti al punto que desde entonces no participaron de ningún operativo ni aparecieron interviniendo en nada. Pero la Gendarmería sí dispuso un operativo con toda la impronta del funcionario llegado de Buenos Aires: cien efectivos, muchos vehículos, cascos, postas de goma, para sólo ocho integrantes de la comunidad mapuche, entre ellos Santiago. Las imágenes muestran una desproporción total, alimentada por el mensaje de que los mapuches eran terroristas vinculados a Al Qaida y financiados desde Londres, reverdeciendo el viejo mito nacionalista de que a la Argentina le quieren arrebatar la Patagonia. Hubo una cantidad insólita de afirmaciones que terminaron demolidas por la realidad: en sucesivos allanamientos no le encontraron a la comunidad mapuche ni un arma ni un explosivo ni elemento bélico de ningún tipo”.

> «La autopsia macroscópica (falta la microscópica) no pudo –ni podía– establecer de forma definitiva la causa de la muerte. El trabajo fue encabezado y dirigido por Roberto Cohen, del Cuerpo Médico Forense (CMF) y los comentarios fueron unánimemente elogiosos sobre la seriedad y el nivel de consulta con los 56 especialistas presentes. Se trató de la autopsia número 3.087 del CMF durante 2017, lo que demuestra la experiencia del equipo, tan cuestionado en el ‘caso Nisman’. A priori, el cuerpo no tiene vestigios de una agresión de terceros: no hay cuchilladas, lesiones por arma de fuego o golpes. Tiene unas pocas lesiones provenientes de peces y dos mordeduras pequeñas de un hurón o zorro. No se perciben lesiones en las manos ni en los puños que indiquen que se haya defendido de alguien”.

> «En paralelo, los autopsiantes percibieron que “la médula estaba líquida”, es decir que una cavidad cerrada como es la médula tenía agua. Lo mismo pasó con distintos órganos. Cuando una persona cae al agua, estando viva, obviamente trata de respirar. El líquido entonces invade todo e incluso pasa a la sangre. En la autopsia, por ejemplo, se extrajo sangre del corazón para hacer el estudio porque el concepto, en palabras sencillas, es que se respiró agua. Por estos primeros descubrimientos es que está la apreciación, a primera vista, de que Santiago murió por submersión, es decir ahogado. Y un poco más en el terreno criminalístico, los forenses se llevaron la impresión de que jugó un papel importante la cantidad de ropa que llevaba y que, mojada, actuó como un verdadero plomo dentro del agua. (…)».

Claudio Andrade, en el diario Clarín:

> «Los dramáticos últimos 5 minutos de Santiago Maldonado en las aguas del río Chubut pudieron haber sido presenciados por al menos cuatro personas. Algunos de ellos, mapuches ocupantes de Cushamen y también efectivos de Gendarmería Nacional. Hasta ahora sólo quedó confirmado que el llamado «testigo E» iba por delante de Maldonado y lo llevaba agarrado del brazo al momento de ingresar al caudal”.

> «Esto ocurrió entre las 11:15 y las 11:20 del 1° de agosto. Este testigo (trascendió que tiene entre 17 y 18 años, recién terminó el secundario y sería hijo de un militante ultra K) fue el que aseguró que los agentes capturaron y golpearon brutalmente al artesano, pero después cambió su versión de los hechos reconociendo que cuando él alcanzó la orilla y volvió la vista, Maldonado había desaparecido. Sería también la persona que ahora pretende cobrar la recompensa de 2 millones por ser quien pasó el dato de la ubicación del cuerpo”.

> «Según una última hipótesis de la investigación, el artesano habría caído en uno de los pozos de entre 2 y 3 metros que hay río arriba, un sector con abundante vegetación y palos bajo la superficie. La temperatura del agua (5 grados), sus pesadas ropas, el hecho de que no supiera nadar y le tuviera pánico al agua por una mala experiencia anterior, conformarían el conjunto de elementos que desencadenó su muerte. El joven habría caído en un pozo para hundirse totalmente, rebotar y volver a perderse en el agua helada”.

> «El diálogo que el «testigo E» le habría referido a miembros de la Justicia Federal y a un grupo de jóvenes aspirantes al RAM como él, es que el tatuador le gritó: “Siga usted, yo no puedo más, yo me vuelvo”. Hoy, algunas fuentes de Esquel le hicieron saber a Clarín que el diálogo desesperado incluye a otras personas de la comunidad. “¡Soltalo, soltalo, carajo!”, le habría gritado un mapuche que ya había alcanzado una loma y observaba toda la escena desde allí. El joven, apurado por alguien de mayor autoridad y preocupado por su propia seguridad, lo dejó irse. El diálogo habría sido consignado por un miembro encubierto de la policía de Río Negro que viajó desde El Bolsón al Pu Lof acompañando a los manifestantes en esos días”.

> «(…) Existen otras sospechas de que dos gendarmes pudieron observar entre los matorrales los segundos finales de Maldonado sin poder hacer demasiado al respecto. Se trataría del subalférez Emanuel Echazú y el cabo Rafael Zoilán, ambos del Escuadrón 35 de El Bolsón. Zoilán reconoce en un testimonio interno de la fuerza que observó a unos 6 metros suyo a dos personas intentando cruzar el río. Una de ellas llevaba ropas “oscuras o azules” y “no llevaba capucha”. Los describió jóvenes y delgados. Maldonado fue encontrado con una campera celeste y azul y pantalones oscuros y no llevaba capucha. Tenía 28 años y no demasiado peso corporal. Además, detalla que aunque estaban juntos buscaban hacer pie por espacios distintos. No iban en una misma fila”.

> «(…) En todo momento Zoilán –el que reconoció haber disparado su arma anti motines al costado de unos militantes que se ocultaban detrás de unos sauces– explica que la vegetación impedía mirar con claridad el río. En la orilla de en frente, dijo que divisó a dos jinetes y dos personas que cruzaron pero la capacidad de visión era muy limitada. “Estaba ahí en ese lugar como buscando, estaba como quieto, como buscando dónde pisar (…) y después cruzó, porque el otro, el amigo que estaba ahí, lo estaba llamando”, relató Zoilán acerca de una persona se internó en el río. Al ser preguntado por si algunos regresó, el gendarme dudó. (…)».