Por Alejandro Maidana

«Tal vez si prohibieran la literatura al igual que la cocaína, la gente por puro morbo, buscaría meterse un par de líneas», Alejandro Jodorowsky

El placer y adrenalina que genera lo prohibido es sin lugar a dudas uno de los ejes en donde se mueven ciertas sustancias.

La drogadicción, drogadependencia o también llamada dependencia a sustancias psicoactivas no es otra cosa que la imperiosa necesidad que una persona tiene por consumir bebidas con contenido alcohólico u otra clase de drogas (marihuana, cocaína, inhalantes, tranquilizantes, alucinógenos, entre otras).

Esta necesidad no desaparece a pesar de que la persona consumidora o usuaria sufra las consecuencias negativas producidas al momento de usarlas o después. Se trata más de una necesidad psicológica que física.

Para profundizar sobre el avance incesante de esta problemática que atraviesa a todas las capas sociales, Conclusión charló con Gustavo de Vega, alguien con sobrada experiencia en la temática. “Lo más importante, en este momento, es considerar el consumo de drogas como un problema que atraviesa a todas las edades y clases sociales. No tiene mucho que ver con la imagen o el estereotipo del siglo XX, hoy el consumo de drogas comienza muy precozmente”, sostuvo el médico psiquiatra.

Tabaco, alcohol y en algunas oportunidades marihuana son las formas más concretas de iniciarse en el consumo. “Un gran problema de la actualidad es sin dudas la denominada “previa”, la ingesta de bebidas de alta graduación al menos una vez a la semana se puede ver en al menos el 40% de la población juvenil”, indicó de Vega.

El perfil alarmante de estos años lo consolidan los números del Sedronar. Del 2005 a esta parte van evidenciando un incremento en el consumo y la precocidad en las edades.

“Hoy tenemos una importante franja de jóvenes entre 20 y 25 años con graves problemas de adicciones. Y cabe destacar que no son productos de la marginalidad o la exclusión, si bien los factores de pobreza agravan los cuadros debido a la escasa contención”, afirmaría el profesional.

La tercera edad y una relación peligrosa con los psicofármacos, sobre esto el psiquiatra fue contundente: “Los tranquilizantes suelen ser utilizados de manera compulsiva por esta franja etaria. Si bien suelen ser recetados y estar respaldados por un laboratorio, la automedicación siempre es un factor de riesgo”.

El ingreso a las sustancias nocivas y un camino espinoso que puede acompañarnos de por vida. ¿se puede salir de este encono de sombras? “Es muy difícil, pero no imposible, muchos jóvenes que antes consumían por diversión, luego de lograr un trabajo estable y un dinero consolidado se han vuelto compulsivos. A esto lo venimos viendo con frecuencia y lamentablemente se va agravando día a día”.

La respuesta del estado suele ser insuficiente y el tratamiento privado elitista, ante este panorama el voluntarismo es una herramienta fundamental. “Muchas familias y personas buscan la salida mediante algún tratamiento y no encuentran respuestas concretas. Todo esto tiende a agravarse aún más, ya que esta es una enfermedad crónica”, enfatizó Gustavo de Vega.

Pero el abanico de adicciones trasciende las drogas legales e ilegales, y es aquí donde aparecen otras patologías.

“La ludopatía, la adicción al juego y la hiperconexión tecnológica generan un comportamiento compulsivo muy preocupante. Por eso mismo el panorama ante la problemática es preocupante, ya que ni el estado ni las instituciones de la sociedad civil se ocupan adecuadamente del tema. El cuadro de situación es alarmante, aumenta denodadamente el consumo, y hay escasas herramientas para poder frenar al mismo”, sostuvo el profesional.

Sobre la aparición de nuevas drogas de diseño, de Vega indicó: “Es incesante la aparición de nuevas sustancias, lo que genera una imposibilidad manifiesta a la hora de tratarlas. Lo último que pudimos conocer fue lo de la denomina ‘droga zombie’ o ‘flakka’, pero esto se mueve de manera constante. Reitero, es preocupante la precocidad con la que se inician los jóvenes en esto, y en eso tienen mucho que ver las denominadas ‘previas’. La ingesta masiva de alcohol acerca el camino a otras sustancias tóxicas”, concluyó el especialista.