Mucho más que proyecciones es lo que ofrece el Centro Cultural Cine Lumiére, enclavado en Vélez Sársfield 1027 en el antiguo barrio café con leche. Miles de vecinos disfrutan sábado tras sábado películas para niños y adultos con entrada gratuita. Otros tantos también se acercan de distintos puntos de la ciudad para poder ser parte de una propuesta maravillosa.

Años de historia y anécdotas envuelven a este emblemático espacio, desde hace más de dos décadas, múltiples actividades como festivales, muestras, carnavales, vacaciones y una amplia oferta de talleres, hacen del Lumiére un lugar  indispensable para la cultura rosarina.

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Conclusión dialogó con quienes hacen posible su funcionamiento, sus trabajadores.

“Lo siento mi segunda casa”, palabras de Martín Ríos, encargado de mantenimiento y técnica del lugar.

“Pertenezco al Cine Lumiére desde hace 17 años, mi trabajo es como el de todos, un poco de cada cosa, estando al servicio de lo que se necesite. Realizo tareas de mantenimiento del edificio, butacas, atención al público, proyecciones para los que vengan de visitas, montaje de muestras, etc”.

Sobre lo que más le atrae, sostuvo: “Lo que me gusta del cine es poder ser partícipe, es muy lindo ver crecer a los chicos, observar sus caras de felicidad o asombro cuando ven las pantallas. Se formó un muy lindo equipo de trabajo, no todo es color de rosas pero siempre podemos llegar a un acuerdo con los compañeros mediante el consenso. Entre todos salimos adelante, que el equipo sea tan unido te hace más lindo el trabajo”.

Ser partícipe de un espacio contenedor,  “tantos años acá me hacen sentir al Lumiére como mi segunda casa. Si tengo que remarcar algo, considero muy interesante que los vecinos del barrio disfruten de las propuestas del mismo como por ejemplo los talleres”.

 “Sostener estos espacios es fundamental”, dijo Pamela Gaido encargada de la programación.

“Trabajo en el cine desde hace casi dos años en la parte de programación, producción y comunicación. Antes de ingresar tenía una idea de las actividades que se desarrollaban aquí, pero  cuando llegué me encontré con un espacio lleno de vida. Circulan muchas personas en la semana con múltiples propuestas de talleres pero siempre manteniendo una impronta e identidad barrial muy fuerte”.

Un grupo que sabe de tirar todos juntos el mismo carro: “Las personas que forman parte se apropian del lugar, esto realmente me llamó mucho la atención, puesto que considero lo más importante para sostener este tipo de espacios”.

“Fui descubriendo la historia del edificio que en su momento funcionó como salón de baile, luego fue el cine del barrio Industrial y desde hace 25 años, por una decisión política, es un centro cultural municipal. El mismo decidió mantener parte de esa identidad de cine, ya que se siguen proyectando películas los días sábados en funciones abiertas y gratuitas para niños y adultos”.

El momento que atraviesa el país, agiganta la importancia del Lumiére, “en una coyuntura como la actual, de crisis, en donde a las personas cada vez les cuesta más acceder a determinados  bienes culturales, sostener estos espacios es fundamental y me siento orgullosa de ser parte y hoy poder celebrar sus 25 años”.

“Trabajamos en pos de generar nuevos espacios de encuentros”, relató Sol Dorigo, directora y coordinadora del Centro Cultural.

“Empecé a coordinar en marzo de 2016, antes pertenecía al equipo de producción y programación. Algunas cosas fueron cambiando en este último tiempo, fortaleciéndonos en propuestas audiovisuales para niños, generando actividades en ese aspecto que a veces se veían opacadas por otras”.

Un camino que abraza la interacción con el barrio, en donde la cultura busca imponerse ante una realidad abrumadora. “Trabajamos en pos de sostener el vínculo con el barrio y a su vez hacerlo crecer, generando situaciones nuevas de encuentro dentro del mismo Centro Cultural. Hicimos un esfuerzo muy grande para lograr imponer la necesidad de generar un cambio en las herramientas de trabajo y en la técnica que contamos para las proyecciones. Siendo que somos el único cine de la ciudad de Rosario, público y gratuito.

“A futuro tenemos la deuda de poder adquirir equipo técnico para que la sala pueda brillar en todo su esplendor y así poder ser parte de más festivales y eventos cinematográficos de las que hoy ya somos parte. Generando que la sala de exposiciones del Lumiére se impongan como un espacio deseable e interesante”.

La invitación es la 19 hs a la apertura de la muestra retrospectiva del centro cultural que fue cogestada con el Museo de la Ciudad que contará con objetos, fotografías y textos. “A las 20 hs estaremos proyectando en 35 mm con los dos viejos proyectores del cine “La guerra gaucha”, película que nos prestó la copia Jorge Debiazzi  quién la presentará. La misma estará en manos de Dante Salvatore y su papá Antonio, quien fue proyectorista del Cine El Cairo. Los esperamos  para compartir un lindo momento”, concluyó Sol Dorigo.