Por Analía Alvarez (*)

El Día Internacional del Café es o debería ser, como el día de las madres. Todos los días, el día. Y es que no hay otra bebida en el mundo más popular, más consumida, y más esencial para movilizar la maquinaria humana que el café. Con un café se empieza el día, se trabaja, se estudia. En una primera cita, hay un café de por medio, de la misma manera, que en una audiencia de divorcio. Se adoptan decisiones políticas y económicas regadas con litros de café. Tal vez allí, tengamos una de las claves de por qué el mundo, en general, y la Argentina, en particular van como van.

En nuestro país, hacemos del café espresso una cultura, pero tratamos al café como a una suegra malgeniada. Los granos que consumimos a diario, suelen ser de baja calidad, mal tostados y peor preparados. Todo con la anuencia del consumidor, que acepta, y en muchos casos pide, tomarlo largo y bien «Calientito, don Mario…» como la Supita de Gatica (Leonardo Favio, 1993). Nada más errado.

El café se cultiva en más 50 países alrededor del mundo y existen muchas variables de calidad. Desde 2010, en el Centro de Estudios de Café, venimos intentando cambiar el paradigma de consumo con granos de Especialidad (más de 80 puntos en las mesas de cata), en su mayoría certificados «Fair Trade» (Comercio Justo), sustentables, provenientes de pequeñas fincas y cooperativas. La diferencia entre los cafés de Especialidad y los cafés comunes (o comerciales) es la misma que la que existe entre un Criadores y un scotch de pura malta. Para experimentarlos, hay que buscar algunas de las pocas cafeterías que puedan mostrar y demostrar la trazabilidad de esos granos y que además lo preparen correctamente, sin quemarlo o sobre extraerlo.

El café es una infusión. Como lo es el mate. Y el mate se toma a una temperatura que ronda los 85-90 grados. Para nuestras abuelas, un mate muy caliente, equivalía a «desprecio». Entonces, ¿por qué, en tanto consumidores, dejamos que nos desprecien a diario con cafés hipercalientes?, ¿por qué lo exigimos largo hasta completar la taza, si todos lo componentes esenciales de un café están contenidos en un espresso corto?.

La historia manda. Si lo italianos, cultores del espresso, lo toman corto, es por una razón similar a la que los lleva a cocinar la pasta al «dente». En ese caso se recomienda no innovar, al menos que queramos destruir un café de calidad. Lo mismo sucede con los cafés que se preparan en diferentes métodos de filtrado. Si tenemos en cuanta los correctos procedimientos y compramos buenos granos, aquella tan repetida frase de «negro, caliente y amargo» quedará en el olvido y podremos experimentar el dulzor y la enorme complejidad aromática de una bebida digna de los Dioses.

Y en un día como hoy, nada mejor que empezar a cuidar nuestro principal combustible, ese que nos hace funcionar más activos y mejor de reflejos. Por eso el Día del Café es todos los días de nuestras vidas.

(*) Lic Q Grader en Cafés Arabica. International Cupping Judge. Juez Nacional de Barismo. Directora Centro de Estudios del Café. Propietaria de Coffee Town

¿Porqué se celebra?

Desde hace apenas cinco años, cada 1º de octubre se celebra el Día Internacional del Café. La idea de esta fecha surgió con la intención de reunir en una sola festividad a todos los productores de café del mundo.

Pero está en crisis…por eso: Apoya a los caficultores para que obtengan un ingreso vital digno: Firma el #coffeepledge

Con este texto que compartimos a continuación, la campaña para salvar la crisis del café se difundió mundialmente:

El café es una de las bebidas con más aficionados, y se calcula que cada día se disfrutan tres mil millones de tazas. El café se ha convertido en una bebida indispensable en nuestra vida diaria, en especial para los agricultores que cosechan los granos y que hacen posible nuestra taza favorita del día. 
 
Debido a un enorme descenso en los precios del café –que están al nivel más bajo en 15 años–  millones de caficultores ya no ganan lo suficiente para vivir o para sostener a sus familias.

Investigaciones independientes indican que los agricultores reciben el equivalente de nada más que un centavo por una taza de café que cuesta US$3. Imagina yendo a trabajar todos los días y no ganando lo suficiente para comer y cubrir las necesidades básicas, tales como alimentos, cuidados médicos y educación. Si las cosas no cambian, más agricultores se verán forzados a abandonar los cafetales y a emigrar a zonas urbanas o al extranjero para sobrevivir. 
  
Este año, la Organización Internacional del Café (OIC) –que congrega a los gobiernos de países en los que el café se produce, procesa o consume– está trabajando para proyectar las dificultades de los productores de café y la necesidad urgente de entablar una acción colectiva.
 
Te pedimos que con tu voz y apoyo, respaldes nuestro movimiento #coffeepledge.
 
Firmando esta petición le darás voz a los consumidores y nos ayudarás a ejercer influencia en quienes pueden lograr un cambio positivo para los caficultores de todo el mundo: la comunidad internacional, los gobiernos, los bancos de desarrollo, las Naciones Unidas y toda la industria cafetera. Con tu apoyo podremos ayudar a los productores de café a que obtengan el medio de vida que necesitan y merecen mediante unos ingresos dignos.  
 
Necesitamos la fuerza de 
un millón de firmas de todo el mundo, objetivo que estamos tratando de conseguir antes del #internationalcoffeeday el 1 de octubre de 2019
 
¡No esperes! 
Expresa tu compromiso firmando el #coffeepledge en apoyo a unos ingresos dignos para los productores de café y pasa la voz.
 
Comparte este compromiso en tus redes sociales usando el #coffeepledgey el 
#internationalcoffeeday y sube un video explicando por qué apoyas a los productores de café y sus familias para que obtengan unos ingresos dignos.
 

Gracias por su apoyo.
Para más información visita www.internationalcoffeeday.org 
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