El Gobierno porteño decidió no otorgar nuevos permisos para elaborar y vender alimentos en la calles cerca de los estadios de fútbol, además de revocar los que ya habían sido emitidos, por lo que ya no habrá puestos legales para cumplir con el ritual de comer algo en la previa de cada partido.

Según el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, en la Ciudad sólo había nueve autorizadas, pero ahora ninguna de ellas tiene permiso para funcionar, más allá de que muchas suelen ser fuente económica para sostener a las barras bravas.

La disposición fue publicada en el Boletín Oficial porteño y determinó que ya no otorgarán nuevos permisos «para la elaboración y expendio de productos alimenticios en las inmediaciones de los estadios de fútbol de la Ciudad en los días y horarios en que se lleven a cabo eventos deportivos».

De hecho, en ocasión del duelo entre River y Patronato el domingo pasado, ya se vio el paisaje despoblado de las clásicas «parrillitas» que acompañaban la salida de los hinchas de la cancha, sobre las calles Lidoro Quinteros, Figueroa Alcorta y Udaondo.

Según publicó el diario Clarín, el Ministerio de Espacio Público respondió a un pedido de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Justicia porteño, que solicitó la reconsideración de los permisos vigentes.

«Esto en línea con la implementación de estrategias generales respecto de las condiciones de seguridad en el marco de eventos futbolísticos en la Ciudad», explicaron las fuentes al mencionado diario.

El relevamiento del Gobierno porteño en las canchas ubicadas su ámbito indicó que solo nueve parrillas cuentan con la habilitación correspondiente.

Cuatro pidieron la renovación de sus permisos vencidos, pero se toparon con una negativa. De las cinco restantes, tres también tenían el permiso vencido, pero no solicitaron su renovación.

De las dos que quedan, una sufrió al revocación de su permiso vigente por temas de «Seguridad» y la restante obtuvo una medida cautelar a su favor y puede seguir trabajando, pero lo tendrá que hacer, a mínimo, un kilómetro del estadio.