Este domingo 30 de mayo se cumplen 39 años del ataque aéreo de pilotos argentinos al buque insignia de la marina inglesa, el portaaviones Invencible. Fue hundido un día como hoy, también domingo, en plena Guerra de Malvinas. Los ingleses ocultan la pérdida de esa nave.

La Guerra de Malvinas ha dejado una serie de hitos que para los argentinos serán imborrables y, quizás, hasta insuperables.

La valentía y la heroicidad de todos los combatientes, desde soldados, suboficiales y oficiales, hasta las proezas demostradas por los pilotos de la Fuerza Aérea y de la Marina, sin menoscabar lo demostrado por el Ejército. Todos héroes, sin dudas.

Algunos sobrevivientes, otros muertos en las frías latitudes de las islas y del mar, y también fallecidos luego del conflicto bélico por diversas causas, muchas provocadas por la soledad y la indiferencia en las cuales los colocó el por entonces gobierno de la dictadura militar.

Uno de los hechos más resonantes fue el hundimiento del crucero “General Belgrano”, que se fue al fondo del mar herido de muerte por torpedos ingleses.

Ataque a la nave insignia

Y, sin dudas, otro acontecimiento puntual y significativo que marcó a fuego el desarrollo de la guerra, fue el registrado el domingo 30 de mayo de 1982, y que tuvo como epicentro el ataque al portaaviones HMS Invencible, que era la nave insignia de la flota de Inglaterra.

Ese preciso día, la gigantesca nave fue atacada por aviones de la Fuerza Aérea y de la Armada: un misil y varias bombas disparadas por los pilotos argentinos dieron en el blanco y las columnas de humo divisadas desde los aviones confirmaban la certeza de los disparos.

Habían dañado severamente a la nave insignia inglesa y ocasionado su posterior hundimiento, hecho este último nunca reconocido por Inglaterra pero sí verificado por nuestro país.

La armada inglesa ha publicado los documentos referentes al destino de todos los barcos que participaron en la Guerra de Malvinas, excepto el Invencible, cuyos documentos están clasificados hasta 2072.

Los preparativos

El golpe había sido cuidadosamente estudiado. Junto a otro portaaviones, eran las piezas más importantes de toda la flota inglesa y su hundimiento o inutilización provocarían grandes daños a la moral enemiga. Se efectuaron estudios meticulosos de las zonas en donde aparecían y desaparecían los aviones ingleses Harriers con un radar Westinghouse AN/TPS-43F de largo alcance operado por la Fuerza Aérea. Esto permitía conocer las posiciones de despegue, o sea los portaaviones.

Finalmente llegó la orden a la base de Río Grande, centro de operaciones del eficaz tándem Super Étendard (SUE)-Exocet (AM39). El capitán de corbeta Alejandro Francisco dispararía el misil subsónico de casi 6 metros de largo, con una ojiva de 170 kgs. de explosivos, secundado en apoyo de radio e instrumentos por el teniente de navío Luis Collavino.

Estos dos pilotos, junto al brigadier Ernesto Ureta y al comodoro Gerardo Isaac, fueron los sobrevivientes argentinos en el ataque.

El ataque

El 30 de mayo de 1982, a las 12.30, se da el permiso de despegue al escuadrón aéreo que produjo el más grande daño a la flota inglesa durante el conflicto.

Un Súper Etendard argentino, cargado con el último Exocet AM-39, fue seguido de cerca por los A4-C que bombardearían el barco al que impactara el Exocet.

Cuatro de los cinco Exocet ya habían zarandeado y enviado a pique al Sheffield y al carguero Atlanctic Conveyor y aquel último misil podía ser la «bala de plata».

En lo estrictamente técnico, el Comando de la Fuerza Aérea Argentina había dispuesto la intervención de los A4-C por su mayor potencia, mejor aviónica (aplicación de la electrónica a la aviación) y capacidad de oxígeno líquido para la autonomía de vuelo. Pero, fundamentalmente, porque el trayecto era extenso, y sólo los A4-C contaban con raquetas con cinco puntos para cargas externas: dos para sendos tanques de combustible y otros tres para colgar las bombas de 250 kg, que descargarían exactamente tres minutos después del lanzamiento del AM39.

Después de un viaje a 4.000 metros de altura, donde fueron reabastecidos de combustible en pleno vuelo desde aviones cisterna KC-130 Hércules, cerca del lugar señalado descendieron casi al nivel del mar.

De pronto en la pantalla apareció un eco inconfundible, un barco inglés. El Súper Etendard disparó el misil, que cuando estaba a punto de caer al agua encendió su motor y se disparó hacia el blanco detectado. Entonces los A4-C se pusieron en formación de combate y siguieron la estela del Exocet, a una altura de 12 metros. Dos aviones estallaron antes de llegar, pero había llegado el momento de clavar una aguja en lo profundo del corazón del enemigo. Los aviadores vieron la columna de fuego y humo que envolvía la torre del barco, apuntaron con sus cañones e hicieron fuego.

El Invencible había recibido un tiro perfecto de un Exocet -casi como la flecha en el talón de Aquiles-, dos bombas de 250 Kg y disparos de los cañones.

Argumentos que validan el hundimiento

Ese mismo 30 de mayo, luego del ataque, los radares argentinos detectan una enorme maniobra aérea de helicópteros ingleses en la zona del ataque. Recogían a los sobrevivientes.

Incluso hay algo que siempre repiten los ingleses: el crucero Glamorgan (de construcción antigua) fue el único buque de la flota inglesa que resistió el ataque de un Exocet, sin hundirse.

Como el Invencible fue alcanzado por ese misil antibuque subsónico, o bien se hundió el 30 de mayo, o mientras era remolcado para su reparación. Nadie tuvo noticias del navío por 48 días.

La nave insignia inglesa tenía la torre de color gris, pero al llegar a su país había mutado por el negro. ¿Tal vez no les gustó y decidieron pintarla en el Atlántico Sur con temperaturas bajo cero y menos de 6 horas de luz?

Evidentemente tenían que ocultar el tremendo éxito de la misión argentina y por eso el HMS Illusorius, gemelo del Invencible, es rematriculado y se le pinta el nombre del buque hundido, para borrar la verdad de lo acontecido.

Así rememoramos hoy domingo 30 de mayo de 2021, aquel también domingo 30 de mayo pero de 1982, cuando nuestros pilotos le asestaron un golpe letal a la flota inglesa.

Textos destacados

¿Por qué ninguno de los 1000 tripulantes dijo nada? Simple: nunca van a admitir un deshonor semejante ¡Un portaaviones del primer mundo hundido!

El primer teniente José Daniel «Pepe» Vázquez y el teniente Omar Jesús Castillo fueron ascendidos post mortem al grado de capitán y declarados Héroes Nacionales.

Cosquín construyó, en la plaza «Héroes de Malvinas», un busto de su mártir e hijo pródigo, mientras que la Base Aérea de Puerto San Julián añadió a su nombre el del capitán José Daniel Vázquez.

Tanto los pilotos abatidos como el comodoro (RE) Gerardo Isaac y el brigadier (RE) Ernesto Ureta, recibieron la máxima distinción del Estado Argentino: la Cruz al Heroico Valor en Combate.

En el ataque al Invencible participaron un avión Súper Etendard, 4 A-4C Skyhawk y 2 KC-130H Hércules Cisterna.