Por Alejandro Maidana

La silicosis es una enfermedad pulmonar causada por inhalar polvo de sílice, un cristal común que se presenta naturalmente y se encuentra en la mayoría de los lechos rocosos formando polvo durante el trabajo con minería, la explotación de canteras, la construcción de túneles y al trabajar con ciertos minerales metálicos. El sílice es un componente principal de la arena, por lo que las personas que trabajan con vidrio y chorreado de arena también están expuestas a este elemento. Lejos de erradicarse como enfermedad de origen laboral, los casos de silicosis siguen aumentando

La sobrexposición a sílice cristalina respirable puede causar enfermedades de las vías respiratorias, tuberculosis pulmonar, enfermedad renal crónica, cáncer de pulmón y silicosis. Hay tres tipos de silicosis: crónica, acelerada y aguda. El polvo respirable consiste en partículas de polvo de un tamaño de menos de 10 micrones, que son lo suficientemente pequeñas para que se inhalen y permanezcan en los pulmones. Se sabe desde hace mucho tiempo que la exposición al polvo respirable es una amenaza grave para la salud de los trabajadores de muchos sectores.

En la minería de carbón, la sobrexposición al polvo respirable del carbón de las minas puede causar la neumoconiosis de los mineros de carbón (CWP, por sus siglas en inglés). La neumoconiosis de los mineros de carbón —también llamada enfermedad del pulmón negro— puede ser discapacitante y mortal en su forma más grave. Los mineros pueden, además, exponerse a altos niveles de polvo respirable de sílice, que puede causar silicosis, que es otra enfermedad de los pulmones discapacitante y potencialmente mortal.

Una vez que una persona contrae una de estas dos enfermedades, no hay cura. La meta, por lo tanto, es limitar la exposición de los trabajadores al polvo respirable para prevenir estas enfermedades. Debido a que el polvo respirable no se puede ver a simple vista, los operadores deben confiar en la tecnología para detectar su presencia en el lugar de trabajo y reducir la exposición de los trabajadores.

Las personas que se desempeñan en trabajos en donde están expuestos al polvo de sílice están en riesgo. Estos trabajos incluyen fabricación de abrasivos, vidrio, minería, trabajo en canteras, construcción de carreteras y edificios, chorreado de arena y corte de piedra. El Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), recomienda las siguientes medidas para reducir las exposiciones a la sílice cristalina en el sitio de trabajo y a fin de prevenir la silicosis y las muertes asociadas a la silicosis:

-Realizar el monitoreo del aire a fin de medir la exposición de los trabajadores.

-Emplear medidas de control tales como perforaciones con inyección de agua y ventilación por medio de extractores a fin de reducir al mínimo las exposiciones.

-Practicar una buena higiene personal a fin de evitar la exposición innecesaria al polvo de sílice.

-Llevar ropas protectoras en el sitio de trabajo que se puedan lavar o que sean desechables; ducharse y cambiarse a ropa limpia antes de salir del sitio de trabajo a fin de prevenir la contaminación de carros, viviendas y otras áreas de trabajo.

– Utilizar protección respiratoria cuando los controles de fuentes no puedan mantener las exposiciones a la sílice por debajo del REL de NIOSH.

-Realizar exámenes médicos periódicos a todos los trabajadores que puedan estar expuestos a la sílice cristalina.

-Colocar letreros para prevenir a los trabajadores sobre el peligro e informarles sobre el equipo protector requerido.

-Proveer a los trabajadores adiestramiento que incluya información acerca de los efectos sobre la salud, prácticas de trabajo y equipo protector contra la sílice cristalina.

-Informar sobre todos los casos de silicosis a los departamentos de salud estatales, como también a OSHA o MSHA.

Lamentablemente estas recomendaciones suelen en saco roto, quedando el trabajador expuesto a contraer enfermedades relacionadas pero evitables, ya que en muchas oportunidades la patronal no repara ni en la salud ni en la seguridad de quienes exponen su vida ante actividades de profundo impacto a la salud. El empleador debe examinar con regularidad el programa de protección respiratoria, y de no estar interesado en hacerlo, con el riesgo que esto conlleva, la figura de los organismos de control del estado es quienes deben garantizar el bienestar de quienes se exponen.

La historia de Pablo, un trabajador que espera un trasplante bipulmonar debido a la silicosis

La labor de este joven que hoy pelea por su vida, consistía en manipular una arenadora en una fábrica de pantalones del lugar llamada Protex. Cuatro eran los empleados que brindaban sus servicios en negro y no siendo objeto de ningún derecho, ni siquiera el de una máscara que pudiera protegerlos del profundo y letal impacto de la silicosis. Cabe destacar que solo Pablo continua con vida, ya que sus tres compañeros la perdieron por la misma patología que lo tiene acorralado.

Pablo tiene 33 años y reside en la ciudad de Colón, Pcia de Bs As. Padre de familia y esposo, lamentablemente a raíz de su trabajo comenzó a enfermar, el diagnostico brindado por los médicos fue silicosis, más conocida esta enfermedad, como la enfermedad del minero. Hoy se encuentra a la espera de un trasplante bipulmonar en la lista de INCUCAI.

Por esta razón es imposible que pueda trabajar, siendo entonces su esposa la única que sostiene la economía del hogar. La condición de vida de Pablo y su familia es muy humilde, apenas alcanza para pagar el alquiler del lugar donde viven, una casa muy precaria, con necesidades básicas insatisfechas y necesidades de urgencias para que Pablo continúe viviendo.

La vida de Pablo está en riesgo, necesita de manera imperiosa de una vivienda y condiciones de vida digna, y elementos básicos que mejoren su calidad de vida ya que es oxigeno dependiente. “Todas las documentaciones médicas están a disposición de quien la requiera para aportar a mejorar la calidad de vida de Pablo.”, sostuvo Sabrina Ortíz abogada e integrante de Naturaleza de Derechos.

Pablo se enfermó debido a que su tarea consistía en manipular una arenadora, Pablo se enfermó trabajando. Una historia mas de los rotos, de aquellos que obligadamente exponen su vida al servicio de un sistema deshumanizante. “Él se encuentra en una lista del INCUCAI, ya que aguardo un trasplante bipulmonar. La realidad que atraviesa este joven trabajador es muy pero muy triste, el nivel de vulnerabilidad en la que se encuentra tanto el como su familia es espeluznante. Es tan explícita e inaceptable la realidad, que fueron cuatro los trabajadores que sufrieron de silicosis, y solo Pablo continua con vida. Si bien es sumamente angustiante la situación de Pablo, hay muchas cosas que aún puede hacerse.”

La empresa Protex perteneciente a Gerardo Olives, como tantas otras, presentó una dudosa quiebra dejando desamparados a quienes hipotecaron su vida por un ingreso miserable. “Pablo se hace atender en el San Juan de Dios de La Plata y en el Italiano dónde ya le hicieron todo para poder ingresar a lista del INCUCAI.  Lo que nosotros necesitamos es una vivienda acorde a su enfermedad, ya que con la llegada del calor a él se le complica bastante para respirar. Por su patología, se ahoga, ya que necesita estar en un lugar en condiciones de ser habitado”, le dijo a Conclusión Silvina, compañera de vida de Pablo.

Un llamado solidario, un grito humilde que nace desde las entrañas de aquellos que no se quiebran ante tamaña demostración de desidia y desamparo. “Tenemos que acceder a una vivienda digna, esto se trata de vida o muerte. Nuestra economía lamentablemente no lo permite, ya que soy yo quién viene realizando changas para poder sostener un plato de comida sobre la mesa. En lo particular alquilamos un lugar que no puede asegurarnos el tratamiento, ya que es muy húmedo, algo que no colabora en la recuperación de Pablo. Seguimos resistiendo y haciendo un llamado a todos aquellos que trabajan manipulando arenadoras y sin contar con las herramientas de seguridad que puedan garantizar que su salud no será hipotecada”.