El presidente de la Asociación Argentina de Victimología, psiquiatra forense y médico legista, Enrique De Rosa, afirmó que «los casos de pedofilia en la Argentina se han triplicado en los últimos 20 años» y evaluó que «el crecimiento de esta patología tiene una lógica que anida en un mal social de estos tiempos: la búsqueda de más y mayores estímulos».

De Rosa pidió establecer «diferencias entre pedófilo y abusador» y consideró que «la difusión de estos episodios registrados en todos los ámbitos genera un peligroso efecto de imitación llamado ‘copycat'».

En declaraciones que este domingo publicó el diario Popular, el especialista explicó que «el pedófilo se comporta como cualquier obsesivo compulsivo, como puede serlo el ludópata o el adicto al sexo, que busca cada vez mayores recompensas», aunque pidió diferenciar «al pedófilo que fantasea sus obsesiones y las mantiene en su mente del abusador que pasa al acto».

Y en ese sentido aseguró que juega un papel preponderante el «efecto imitación (copycat) que se da a partir de la difusión masiva de estos casos».

De Rosa sostuvo que «se ha popularizado el término pedofilia y se ha hecho un símil entre pedofilia y abuso sexual infantil y en realidad son dos cosas diferentes, ya que puede haber pedofilia y no abuso, y puede haber abuso y no pedofilia».

«Esto es importante, porque casi le diría que las formas más crueles de abuso sexual no tienen que ver con la pedofilia. La psiquiatría dice que la pedofilia son episodios atracción, de obsesión en cuanto ideas o impulsos relacionados con la infancia, durante un período de cierta duración que puede o no llevar al acto. Un ejemplo es el caso de una persona que con frecuencia se pone a mirar por internet imágenes de chicos, concretamente pornografía infantil», precisó.

Además, prosiguió: «El paso siguiente es que esa persona cometa algún acto que tenga que ver con el mundo de lo concreto. Y eso en muchos casos puede no ser un abuso sexual, puede no incluir tocamiento o puede ser un sujeto que le gusta tomar contacto con chicos pero no llega al acto».

El especialista agregó que «finalmente, está el sujeto que sí llega al acto, por ejemplo, reúne chicos en su casa y tiene algún tipo de aproximación», al tiempo que sostuvo que «después está el abusador directamente, que puede o no ser pedófilo».
También indicó que puede haber pedófilos heterosexuales «y que mantengan relaciones homosexuales, pero con menores».

«De hecho, en este ambiente del fútbol, donde son abusadores, uno supone que son sujetos que tienen tendencias pedofílicas pero que en realidad son abusadores, son bisexuales o multisexuales (mantienen sexo con travestis o con lo que venga), son buscadores de sensaciones», remarcó.

En ese sentido explicó que «estos buscadores de sensaciones funcionan con algo del cerebro que se llama circuito de recompensa, porque están buscando cada vez más retribución y por eso los abusos son cada vez más severos».

«Hoy hay más casos y más exposición porque hay situaciones donde esto no existía ni estaba mencionado. Hoy está apareciendo casos en todos los ámbitos y el número de denuncias es mucho más grande. Antes uno se enteraba de los casos de abusos sexuales en la infancia, porque lo contaba la víctima ya de adulto», precisó De Rosa.

El experto aseguró que «se entrevistaba a una persona de 40 o 50 años y de pronto en el transcurso de una terapia esa persona contaba que había tenido tal episodio».

«Eso que era un porcentaje equis hace 10 o 20 años hoy es dos o tres veces mayor. Y este incremento tiene una lógica: somos una sociedad que constantemente está buscando más estímulos», señaló.