El ayuno intermitente, una práctica que marca tendencia como un nuevo hábito alimentario para bajar de peso o mantenerlo, es desaconsejado por especialistas en nutrición, quienes consideran que puede desatar trastornos alimenticios y no ser saludable, de cara al Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora cada 16 de octubre.

Frente a las personas que defienden esta práctica para bajar de peso, se paran los nutricionistas que desaconsejan la práctica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no la incluye entre sus recomendaciones para prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas.

«El ayuno intermitente es una modalidad de alimentación y restricción alimentaria. Hay ayunos de 12 horas, 16 y hasta 24. También con días alternos de ayunos e ingestas a libre demanda», explicó Silvina Tasat, licenciada en nutrición y vocal titular del Foro de la Alimentación, la Nutrición y la Salud (Fanus).

La especialista recordó que los ayunos existen «desde tiempos inmemoriales, tienen que ver con la espiritualidad y lo religioso», pero afirmó: «No tienen que ver con la pérdida de peso».

Además, precisó que tener ayunos de 24 horas «no son fáciles de sostener», porque los alimentos son el «combustible» de nuestro organismo.

«Hacemos ayuno fisiológicamente todas las noches al dormir», sostuvo Tasat sobre las horas en que el cuerpo procesa lo ingerido durante el día, y destacó que por eso «el desayuno es cortar con el ayuno».

El problema con este tipo de alimentación es que si hay algún trastorno alimentario, puede «exacerbarlo» y convertirse en «una práctica peligrosa» que no crea hábitos de alimentación saludable.

Para Tasat, «no hay evidencia científica de que la gente que lo hace tiene una pérdida significativa de peso mayor que con cualquier plan de alimentación hipocalórico tradicional y las experiencias particulares no se pueden extrapolar a la población en general».

Según datos de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), casi un 15% de la población argentina tiene algún trastorno alimentario.

En la misma línea, Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en nutrición y secretaria de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), detalló que «estas dietas de moda para perder peso pueden exacerbar los trastornos de alimentación como la bulimia y anorexia, o llevar a atracones».

«Son dietas que no se sostienen en el tiempo y los pacientes no bajan más de peso que con una dieta donde le enseñás a la persona a tener una alimentación saludable», dijo y remarcó que todo plan de alimentación debe respetar cuatro leyes: cantidad, calidad, armonía y adecuación.

Por otro lado, Yamaguchi indicó que dietas como el ayuno intermitente llevan a la persona a desnutrirse y cuando bajan muchos kilos «de golpe» no solo pierden grasas sino músculos, lo que hace que el cuerpo saque las proteínas del tubo digestivo o hueso, generando osteoporosis.

En cuanto a los adeptos a este tipo de dietas que se conocen como «detox» porque buscan una limpieza o purificación del organismo, Yamaguchi reforzó la idea de que «el cuerpo no se necesita limpiar».

«Los influencers y famosos no son médicos ni nutricionistas, por eso dicen depurar o limpiar el organismo, pero eso no existe. Para desintoxicarse hay que estar intoxicado», manifestó.

De esta manera, apuntó a no demonizar a los alimentos.

«No está mal que una persona quiera comer un helado o una medialuna, está mal que se quiera hacer todos los días. Como también que te alimentes todos los días de lechuga y tomate, porque ahí también te van a faltar nutrientes», concluyó.

El 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación 2022, para concientizar a las personas sobre los problemas alimenticios del mundo.