Familiares de Maximiliano Kosteki y de Darío Santillán, junto a organizaciones gremiales y de derechos humanos, comenzaron anoche en la Estación de Avellaneda con los actos de conmemoración por los 15 años del asesinato de los militantes a manos de la Policía bonaerense.

El Frente Popular Darío Santillán dio este domingo una jornada cultural frente a la estación de trenes del homónimo partido bonaerense, lugar en el que murieron los jóvenes en el 2002.

Cerca de las 23.30, los presentes subieron al Puente Pueyrredón para realizar una vigilia nocturna hasta las 10 del lunes, fecha en el que se cumplen los 15 años del trágico hecho.

Los manifestantes comenzaron con un corte parcial de la autopista y leyeron un comunicado en el que exigieron «juicio y castigo» contra el ex presidente Eduardo Duhalde y el ex gobernador bonaerense Felipe Solá, quienes cumplían mandatos en sus respectivos cargos al momento de los asesinatos.

El 26 de junio del 2002, en un contexto de fuerte recrudecimiento del conflicto social y con el precedente fresco de la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001, un violento operativo de la Policía Bonaerense liderado por el entonces comisario Alfredo Fanchiotti terminó con la vida de Kosteki (25) y Santillán (21), militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón (MTD), y dejó decenas de heridos de bala, en el marco de un corte de tránsito hacia el Puente Pueyrredón en reclamo de planes sociales.

«A 15 años de la Masacre de Avellaneda, las organizaciones populares seguimos reclamando justicia, construyendo poder popular y gestando un país sin explotados ni explotadas», ratificaron los organizadores del acto en un comunicado.

Se espera que a la movilización asistan organizaciones como Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) y diferentes partidos políticos de izquierda.

Los movimientos sociales sostienen en el texto de invitación a la marcha que «a lo largo de todos estos años hubo una decisión política del poder judicial y de los gobiernos de turno de no avanzar en la causa por los responsables ideológicos del asesinato» de los jóvenes militantes.

El escándalo político que generaron los sucesos hizo temblar la Presidencia de Eduardo Duhalde, quien decidió adelantar las elecciones que consagrarían ganador a Néstor Kirchner, inaugurándose un nuevo ciclo político en la Argentina.

Por estos crímenes, el 9 de enero de 2006, el Tribunal Oral 7 condenó a prisión perpetua al excomisario Fanchiotti y al excabo primero Alejandro Acosta, entre otros efectivos de la Policía Bonaerense, aunque los familiares de las víctimas y las organizaciones siguen reclamando por las responsabilidades políticas de la represión.