El 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero (*), patrono de los trabajadores, fecha que coincide con el Día Mundial de Trabajo. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

En Rosario, esta fiesta culminó con la celebración de la santa misa en la Parroquia San Jose Obrero en barrio Alberdi y estuvo precedida por el trabajo de la comunidad católica de San José Obrero que transitó  la Novena del padre adoptivo de Jesús, honrado especialmente como protector y modelo de los trabajadores.

La ceremonia contó con una nutrida concurrencia de fieles y de la adhesión de múltiples organizaciones que expresan a la comunidad de Rosario. Entre tantas, como todos los años, la presencia del movimiento obrero de la región participó también del oficio religioso y luego compartió con la representación eclesiástica de un ameno brindis en las instalaciones lindantes al templo.

Entre los asistentes, estuvo el secretario general del sindicato argentino de docentes particulares (SADop), Martín Lucero, quien en diálogo con Conclusión, manifestó su alegría de concurrir a este encuentro donde «hay muchos compañeros que son parte del gremio y que son afiliados comprometidos» y con quienes compartieron «las palabras de Emilio Cardarelli, que convocó a seguir trabajando en la eliminación del trabajo no registrado, de las desigualdades sociales, y el compromiso solidario en el apoyo a aquellos que necesitan un trabajo digno».

Lucero concluyó diciendo «que los desafíos comunitarios están planteados y en eso estamos de acuerdo».

Por su parte, el sacerdote que realizó el oficio religioso, Emilio Cardarelli expresó que se «elevo una oración por todos los trabajadores, y por lo que no pueden serlo, por la falta de empleo, como también los que viven situaciones de subempleo, y por loq ue no acceden a un trabajo registrado»

Pero fundamentalmete, aseveró el párroco de «dirigir las peticiones para que las repuestas provengan de políticas de Estado en un año de debate electoral, porque son necesarias fuentes de trabajo genuinas que dignifiquen al pueblo con la conciencia que el trabajo dignifica» y observo «que son buenos los paliativos para los desocupados, como los subsidios, pero sería muy bueno para todos que esto se convierte en una posibilidad de trabajo real».

Asimismo, Cardarelli, reflexionó sobre un viejo anhelo que apunta «a la recuperación de la cultura del trabajo» que será posible en la medida «que se recupere la alegría de creer porque la fe abarca toda la vida y el trabajo es parte de la vida», por ello, prosiguió el sacerdote «estamos llamados a privilegiar a los pobres, a los mas débiles y a los que más sufren, por esto su santidad pidió una iglesia de campaña que sea cercana compartiendo lo que no les es propio, que es el mensaje de un Jesús trabajador».

Consultado por Conclusión si entendía que el cristiano había perdido esa actitud militante, Emilio Cardarelli respondio que seria bueno recorrer parrafos de la biblia y encontrar en Job este pensamiento que lo esboza diciendo, milicia es la vida del hombre sobre la tierra» por ello instó «a recuperar la iniciativa, tomando una actitud activa ante la necesidad de otros, esto significa hacernos prójimo».

En el mismo sentido, Conclusión preguntó si los compromisos con el prójimo incluirían como acto solidario, llamarlo a la reflexión sobre la responsabilidad de elegir a quienes no nos dan garantías de que sus actos de gobierno sean multiplicadores de alegría, el párroco aseveró: «que deberíamos observar si ciertas proposiciones son solo promesas, y que trayectoria tiene quien las formula, y si han tenido vocación de servicio comprobable, entonces, por sus frutos ya los conocemos».

Por último, «elegir», dice el religioso, «implica estar conscientes que el voto es un acto de amor social» que conlleva, «no solo mirar, sino también reflexionar» concluyó

Por su lado, el Papa Francisco participó en la inauguración de la Expo de Milán 2015 titulada “Nutrir el planeta, energía para la vida”, a través de una conexión televisiva en directo este viernes 1 de mayo y pidió aprovechar esta oportunidad para promover la «globalización de la solidaridad», especialmente ante los millones de «rostros del hambre» de tantos hermanos que sufren este flagelo.

En otro de los tramos de su alocución, el Papa reflexionó hoy, 1 de mayo que «también la Expo, de alguna manera, es parte de esta “paradoja de la abundancia”, si obedece a la cultura del derroche, del descarte, y no contribuye a un modelo de desarrollo equitativo y sostenible».

 

 

(*) La fiesta de San José Obrero nació a finales del siglo XIX, en París. Se concibió como jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a aquellas y aquellos que murieron por reivindicar los tres 8 –8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para la relación social– y marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, de manera que el 1 de mayo quedó consagrado como día para manifestar la inalienable dignidad del trabajador frente al capital.