Este 7 de noviembre se conmemora el Día del Canillita en Argentina, en homenaje a todos los vendedores de diarios y revistas en la calle. ¿Sabías por qué se llaman así? ¿A qué se debe esta fecha?

Todo comenzó un día de agosto de 1903 la compañía teatral de Jerónimo Podestá, estrenaba en el teatro Comedia de la calle Corrientes, en la Capital Federal, una obra de un dramaturgo de 28 años. Era uruguayo. Estaba radicado en Buenos Aires.

La obra -que hoy es un clásico- se llamaba «Mi hijo el Dotor». Dotor, sin la c. El autor, muy nervioso, -era lógico- se había sentado en la última fila del teatro. Tenía el cabello lacio y largo y las facciones morenas y finas. Vestía muy humildemente. ¿Su nombre?: Florencio Sánchez.

Cuando bajó el telón del último acto, una interminable ovación indicó la opinión favorable del público. Florencio Sánchez cerró sus ojos agradecido y emocionado simultáneamente. Ese resplandor, iluminó para siempre su existencia. Al día siguiente los diarios porteños saludaban el nacimiento de un gran dramaturgo.

Y no se equivocaban, porque después llegarían «Barranca Abajo», «La gringa», «Canillita». Precisamente de esta última nació una nueva denominación para los vendedores de diarios a los que se llamó desde entonces, precisamente «canillitas».

Y en su homenaje los vendedores de diarios, eligieron con toda justicia, la fecha del día de su muerte, 7 de noviembre -de 1910- como «Día del Canillita».

Canillita

La palabra «canillita» es un lunfardismo que ha pasado a ser parte del idioma habitual de Argentina, Uruguay y Chile, inicialmente denominaba a los menores que vendían periódicos callejeramente, luego a cualquier vendedor callejero de periódicos cualquiera fuera su edad y se ha trasladado el término «canillita» a los vendedores de periódicos y revistas etc, fijos en puestos o «quioscos» de ventas de diarios y revistas.