La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que millones de adolescentes y adultos jóvenes, entre 12 y 35 años, provenientes de países con ingresos medios y altos corren el riesgo de perder la audición. Es que la mayoría utiliza sus auriculares para escuchar música desde sus móviles y su mal uso resulta altamente perjucial para la salud auditiva.

Según informó el organismo, la mitad de este grupo de personas está en riesgo por el mal uso de dispositivos de reproducción de sonido, incluidos los smartphones y otro tipo de actividades que exponen a nuestros oídos a niveles dañinos como discotecas, bares o eventos deportivos.

«El daño que se produce en el oído interno, ya sea porque el sonido es muy elevado o porque se prolonga mucho en el tiempo, es muy preocupante en los jóvenes», indicó a EL PAÍS Alejandro Harguindey Antolí-Candela, otorrinolaringólogo de HM Hospitales.

El perjuicio en la salud de los oídos varía en función de la intensidad, la duración y la frecuencia de la escucha. Cuando, por ejemplo, vamos a un bar ruidoso se puede provocar una pérdida auditiva temporal o una sensación de zumbido en el oído, que se conoce como tinnitus y que acaba desapareciendo con el paso del tiempo.

Otro factor que hay que recalcar, es que la pérdida de audición no solo se limita a la capacidad de escuchar, «también afecta a la comprensión y el desarrollo del lenguaje, de los idiomas, a las relaciones sociales y al desarrollo cognitivo. Incluso cuando es leve», sumó el experto.

Cómo cuidar tus oidos

La principal recomendación de la OMS para prevenir el problema es no escuchar música con estos dispositivos durante más de una hora diaria y como mucho al 60% de la capacidad de sonido.

En muchos dispositivos móviles, en especial los teléfonos, lanzan alertas para avisar que estás superando los decibeles recomendados; es decir, al subir el volumen la barra de sonido pasa a ser amarilla y cambia a rojo cuando está demasiado alto.

La organización también aconseja no superar las ocho horas diarias en un lugar de trabajo donde haya más de 85 dB o los 15 minutos de exposición al ruido de la calle, que son unos 100 dB, niveles que se superan en la mayoría de bares y locales de ocio donde solemos pasar más de un cuarto de hora.