El Supremo Tribunal Federal, la máxima corte de Brasil, prohibió días atrás el uso de la aplicación Telegram por el incumplimiento de la red social a las órdenes judiciales en causas contra aliados del presidente Jair Bolsonaro, quien calificó el fallo como “inadmisible”, debido a que a su juicio pone en riesgo las libertades.

La decisión fue tomada por el juez supremo Alexandre de Moraes y, horas después, el fundador y CEO de Telegram, Pavel Durov, pidió “disculpas” por la “negligencia” de no haber tenido una buena comunicación con los investigadores de la Policía Federal de Brasil que están detrás de redes de noticias falsas y discursos de odio.

El presidente Bolsonaro, en Rio Branco, estado amazónico de Acre, dijo que la decisión “es triste e inadmisible porque más importante que la vida es la libertad”.

El mandatario dijo que 70 millones de brasileños usan Telegram, y destacó que esta red social es muy usada, entre otras cosas, para la relación médico-paciente.

“Esta decisión no afectó a las personas que quisieron prohibir sino a millones, pudieron causar la muerte de algún paciente por la falta de contacto con su médico”, dijo el mandatario brasilero.

El servicio de mensajería Telegram, con sede en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, fue apuntado por la Policía Federal de Brasil como reticente a colaborar con las autoridades en investigaciones judiciales.

La decisión de bloquear en Brasil el uso de Telegram fue determinada por el juez supremo a cargo de una investigación en la que está incluido Bolsonaro, sobre el uso indebido de las plataformas digitales para provocar conmoción institucional mediante el uso de noticias falsas (fake news).

Las empresas proveedoras de internet y plataformas digitales con sede en Brasil están siendo notificadas para cumplir la orden por parte de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), el órgano regulador.

El pedido al juez lo hizo la Policía Federal luego de una investigación en la que determinó que Telegram no atendió a las decisiones judiciales de bloquear perfiles apuntados como diseminadores de noticias falsas y discursos de odio, entre ellos el bloguero y activista Allan dos Santos -señalado como simpatizante de Bolsonaro- quien está prófugo en Estados Unidos con pedido de extradición

Dos Santos es uno de los principales voceros digitales del “bolsonarismo” y Moraes lo investiga por amenazar a miembros de la corte suprema y comandar una llamada milicia digital.

Gran parte del actual gobierno de Brasil y sus seguidores se trasladaron a interactuar en Telegram durante la pandemia, luego de que Bolsonaro fuera blanco de censura de contenidos por parte de Facebook y Google por haber emitido informaciones falsas sobre el coronavirus.

En tanto, el juez Moraes estableció una multa diaria de unos 20.000 dólares a las empresas que no cumplan la determinación de bloquear a Telegram en todo el territorio brasileño.

“Telegram usa una actitud de no colaboración como una ventaja en relación a otras aplicaciones de comunicación, lo cual lo convierte en un terreno libre para la proliferación de diversos contenidos, inclusive del mundo criminal”, dice el informe de la policía citado en el fallo de Moraes.

La decisión pone tensión entre el Supremo Tribunal Federal y el presidente Bolsonaro, quien el 7 de septiembre del año pasado, en una manifestación en San Pablo, había dicho que no iba a aceptar decisiones del juez Moraes en su contra.

La Justicia electoral activó acciones para monitorear las noticias falsas de cara a la campaña presidencial para las elecciones del 2 de octubre próximo.

Por su parte, el fundador y CEO de la aplicación Telegram, Pavel Durov, pidió “disculpas” a la corte máxima brasileña por no haber respondido a exigencias en investigaciones judiciales.

Durov explicó que un problema de comunicación por direcciones de correo electrónico equivocadas fueron el motivo de la falta de respuestas de Telegram a los pedidos realizados por Moraes y la Policía Federal brasileña.

“Parece que tuvimos un problema con correos electrónicos entre nuestras direcciones corporativas de telegram.org y el Supremo Tribunal Federal. Como resultado de esta falla de comunicación, el Tribunal decidió prohibir Telegram por no responder. En nombre de mi equipo pido disculpas por nuestra negligencia”, respondió.

También pidió al juez Moraes postergar por algunos días la decisión de bloquear Telegram.