La familia del joven de 16 años que sufrió discriminación en un colegio privado de la capital salteña, por ser gay, realizó la denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y el Ministerio de Educación.

El padre del adolescente, Jorge Coraita, detalló que “desde la reunión del 29 de septiembre hasta ahora fueron meses muy duros para la familia, pero también estamos muy unidos, y muy unidos con las familias de los compañeros que se solidarizaron con Santi”, expresó Coraita.

Santiago Coraita, de 16 años, cursó en 2018 el cuarto año del secundario en el colegio privado Santa María, de la ciudad de Salta, y en septiembre recibió un llamado de atención por llevar una pulsera con la bandera de la comunidad LGBT.

Las autoridades de la institución convocaron al joven a una reunión, en la que lo acusaron de violar los valores del colegio y de provocar a través de su actitud, lo que motivó que cuatro compañeros se pintaran la bandera LGBT en sus brazos en solidaridad con Santiago y difundieran ese gesto a través de fotos en redes sociales.

En una de las imágenes aparecía un signo de “fuck you” al escudo del colegio, que se veía en una remera, con la leyenda “Fuck what they think” (que no te importe lo que ellos piensen).

La institución decidió entonces sancionar con 14 amonestaciones a los cuatro estudiantes y días después, aun con el pedido de disculpas de los alumnos, se les informó que no les renovarán la matrícula en 2019, haciendo valer el derecho de admisión.

Hoy, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, ordenó al Ministerio de Educación provincial que intervenga en este caso de discriminación, y calificó al hecho de “inaceptable”, a través de su cuenta de Twitter, en respuesta a un posteo de la escritora y periodista Florencia Etcheves, quien reclamó la intervención del mandatario en el caso.

El gobernador contó que habló con la familia del alumno y adelantó que dio “instrucciones al Ministerio de Educación para que hagan valer los derechos de Santi y sus compañeros”.

Carlos Saravia, abogado de uno de los cuatro alumnos que se solidarizaron con Santiago, comentó a la prensa que se trata de “un acto de discriminación” y señaló que la solidaridad de sus compañeros “fue tomada por el colegio como un acto de indisciplina que derivó en una expulsión velada con la negativa de inscribirlos de nuevo”.

“Lo que pide la familia es que se revoque la decisión y se deje sin efecto la expulsión velada”, explicó Saravia, quién adelantó que el siguiente paso será la presentación de un amparo judicial, que es “la última instancia de un ciudadano avasallado”.

En tanto, el colegio se pronunció a través de un comunicado en el que expuso su postura frente a la denuncia pública de discriminación contra autoridades de esa institución.

El texto indicó que el colegio cuenta con un régimen de convivencia y afirma que garantizó “siempre entre todos los integrantes de la comunidad educativa, la diversidad de pensamientos y opiniones en un marco de convivencia y respeto”.

En este sentido, informó que al alumno de cuarto año que utilizó una pulsera con los colores que identifican a la comunidad LGBTI “se lo respetó como se respeta a todos los integrantes del colegio” y “se lo acompañó como se lo hace con todos los alumnos”.

El comunicado precisó que “este estudiante no sólo sigue siendo alumno regular de la institución sin habérsele aplicado ninguna sanción por este tema, sino que también se ha aceptado su matriculación para el ciclo 2019”.

En cuanto a la situación de otros cuatro alumnos que le dieron su respaldo, a quienes el colegio sancionó por considerar ofensiva una foto que publicaron en redes sociales, el establecimiento señaló que “ejerció su derecho de no admisión para el Ciclo Lectivo 2019″.

Finalmente, agregó que esto «se debió a que habían cometido una falta grave contra la institución al subir a las redes una foto con un gesto obsceno hacia el escudo del colegio”.