En los últimos diez años se han acortado los tratamientos en ortodoncia. Lo que antes llevaba dos años, promedio, para corregir algunas anomalías en los dientes, hoy sólo dura alrededor de un año.

En contraposición, en ese mismo período se han incrementado los casos de personas que necesitan utilizar ortodoncia y que van a la consulta entre los 22 y 32 años de edad.

La respuesta a lo primero está en el avance tecnológico que se evidencia en esa disciplina de la odontología, en tanto lo segundo se corresponde con que el ser humano ha mutado en la ingesta de alimentos, de “duros” a “blandos”.

Estos datos los aporta, en una charla con Conclusion, el doctor Edgardo Guglielmetti, odontólogo especialista en ortodoncia y ortopedia para niños y adultos, quien aconseja que entre los 5 y 7 años de edad el niño debe ser llevado a una consulta con el odontólogo pediátrico o al especialista en ortodoncia, con el propósito de determinar si puede necesitar, en ese momento o a futuro, un tratamiento de ortodoncia.

Prevenir

“Hay que actuar mucho en la prevención. Argentina es un país pionero en prevención ortodóncica y esto es muy bueno para detectar a tiempo alguna anomalía. De acuerdo con los casos que yo atiendo, puedo afirmar que los padres, en su gran mayoría, son quienes detectan estas situaciones. Es conveniente que los chicos sean llevados a un ortodoncista antes de iniciar el primer grado de la escuela”, agrega Guglielmetti.

¿Cómo hacen los papás para darse cuenta si un chico necesita ir al ortodoncista?

“Al observar muy juntitos los dientes de leche de adelante, a los 6 años, se debe consultar, y también cuando cambia un diente de un lado y del otro, y el diente similar no aparece. Otras observaciones pueden ser si respira mucho con la boca abierta durante el día y la noche, si se chupa el dedo, si hace ruido con los dientes al dormir (no son parásitos), si se muerde el labio o mete la lengua entre los dientes al hablar o al tragar. Todas estas observaciones son útiles para consultar. No significan, en principio, que tenga un problema; eso lo determinará el especialista”.

No hay coincidencia

El doctor Guglielmetti grafica, con un ejemplo, lo que acaba de señalar. “Un niño de 7 años, quien al cerrar la boca, el hueso (maxilar) y los dientes de abajo se desplazan hacia la derecha respecto de la línea media de la cara. O sea que no coinciden. Esto no se corrige por sí solo. Si se realiza un tratamiento a tiempo no le traerá en el futuro ningún inconveniente pero si lo deja avanzar puede ocasionarle algunos problemas muy difíciles de resolver”, advierte el odontólogo.

¿Hay que esperar que un chico cambie todos los dientes de leche para hacer un tratamiento?

“No, hay que consultar. Eso queda a criterio del especialista si es conveniente comenzar a tratar antes o después, pero recordemos que todo lo que se previene y se trata a tiempo es más fácil y menos doloroso para el niño y para la economía familiar”.

En este contexto, el odontólogo aclara que no sólo los chicos pueden tener problemas que requieran la atención del ortodoncista. “También se dan casos –señala- de adultos jóvenes que tienen entre 18 y 30 años, que presentan dientes torcidos, migración de los dientes de arriba hacia adelante, etc. Y esto hay que corregirlo con ortodoncia”.

¿En general, la gente tiende a suponer que un tratamiento ortodóncico es muy costoso. Esto es así?

“En términos generales no es tan así. En los últimos tiempos se han incorporado más ortodoncistas, lo cual da como resultado una mayor ‘oferta’ de profesionales a quienes le gente puede consultar y evaluar. Además, hay nuevas técnicas y nuevos elementos, nuevos materiales, con los cuales se hacen las ortodoncias. Hoy en día es mucho más accesible y hasta pueden llegar a financiarse algunos tratamientos”.