Una de las escenas que más incomodan de la película Extraordinario (Wonder), protagonizada por Jacob Tremblay, Julia Roberts y Owen Wilson, en la que se cuenta la historia de un niño que tiene una deformidad cráneo-facial y que sufre bullying por parte de un compañero de su escuela, es precisamente la que muestra la reacción justificadora y desentendida de los padres de ese chico que ejerce una violencia sistemática sobre otro.

Es que el bullying sólo puede ser posible a partir de, al menos, la inacción del entorno, sobre todo del entorno adulto si se tiene en cuenta que se trata de un fenómeno que mayormente ocurre entre niños y adolescentes. En la Argentina, tres de cada diez chicos fueron víctimas de bullying y siete de cada 10 lo presenciaron. En el mundo, esta problemática provoca al menos 200 muertes directas por año.

El 2 de mayo se celebra el Día Internacional contra el Bullying y, como la fecha coincide con el clásico rosarino, la ONG “Si nos reímos, nos reímos todxs” propuso que antes de disputar el partido de fútbol, tanto los jugadores de Rosario Central como los de Newell’s Old Boys posen con un banner que diga “No al bullying”, y de esta visibilizar manera la problemática a través de un evento deportivo de llegada masiva.

Al respecto, el titular de la ONG, Arístides Álvarez, adelantó a Conclusión que “la propuesta fue muy bien recibida por ambos clubes y este martes nos dieron la respuesta positiva”. A su vez, la organización solicitó que la iniciativa se repita en el clásico santafesino que Colón y Unión disputarán el próximo fin de semana, mientras que el banner también estará presente en el partido que jugará el plantel femenino de Rosario Central.

Una relación de poder desigual

El bullying puede definirse como el acoso sistemático y prolongado en el tiempo por parte de una persona o grupo de personas sobre otra. Expertos y estudiosos del tema han señalado que se lo puede definir a partir de tres aspectos:

Se lo describe como un comportamiento de una o más personas con intenciones de dañar a otra, realizado de forma reiteradas en el tiempo, en el marco de una relación interpersonal asimétrica, es decir, donde existe un desequilibrio de fuerzas entre los involucrados. Se trata de situaciones de abuso sistemático de poder.

La dinámica del bullying suele escenificarse en tres roles. Por un lado, la figura de la víctima, que es objeto del hostigamiento y, por el otro, el victimario, que es quien obra las conductas de intimidación. El tercer rol es representado por aquellos que son testigos o espectadores de los maltratos pero que no participan directamente en ellos con su silencio o sus risas los testigos refuerzan el poder del agresor.

Bullying en Argentina

En relación a cómo se vive el bullying en las escuelas argentinas, Arístides Álvarez destacó: “Tenemos los números del último censo educativo, realizado entre 2017 y 2018. Tres de cada diez chicos contestó que había sufrido bullying en la escuela. Y siete de cada diez respondieron que habían presenciado situaciones de acoso”.

Y explicó: “Es bullying cuando el acoso es sostenido en el tiempo, hablamos de meses o años. Hay chicos que lo han padecido en toda la escuela primaria o en toda la escuela secundaria”.

La ONG “Si nos reímos, nos reímos todxs” apunta a abordar estos conflictos durante el momento en que se producen, ya que entienden que solucionarlos en su origen evitaría el bullying. Este organismo trabaja poniendo especial atención a la convivencia de niños y adolescentes en edad escolar y, como su nombre lo indica, busca que reírse de los demás, de forma burlona o agresiva, no sea una opción.

No obstante, la ONG también trabaja con adultos en cuestiones relacionadas al acoso laboral. “En muchas ocasiones, quienes fueron víctimas de bullying en su niñez o adolescencia vuelven a sufrirlo de adultos en su ámbito laboral, porque es gente que tiene la autoestima baja o son retraídos, a consecuencia de no haber podido enfrentar la situación en su momento o no haber recibido ayuda suficiente para enfrentarla”, detalló Álvarez.

Asimismo, señaló que el acoso laboral puede darse entre pares, de un jefe hacia un subordinado o viceversa.

Víctimas, espectadores y ¿victimarios?

El director de la ONG advirtió que las secuelas en una persona que sufrió bullying “pueden ser tremendas”, y por tal motivo resaltó la importancia de resolver las agresiones o los conflictos en el momento en que nacen, porque de lo contrario pueden “hacer mucho daño a quien las padece”.

A su vez, señaló que el bullying también afecta a quienes lo ejercen, ya que “son personas que no se saben relacionar y, por lo general, en su vida adulta son agresivos, hasta que se encuentran con alguien que es peor que ellos”; y a quienes permanecen indiferentes ante estos hechos, debido a que al llegar a la adultez “pueden volver a repetir estos patrones”.

“Normalmente se habla de víctimas y victimarios, pero quien ejerce bullying, en cierta forma también es una víctima, es una persona que ha sido o es sometida a violencia. Son chicos y chicas que no saben relacionarse de otra forma que no sea la violencia y la degradación. Repiten estos patrones porque lo han vivido de alguna manera en su seno familiar, son personas que no han tenido afecto, diálogo o contención y pretenden destacarse a través de la agresión, la cargada, el liderazgo negativo”, enunció Álvarez.

Por otro lado, el titular de la ONG destacó la importancia de trabajar con las personas que son espectadores o permanecen indiferentes ante las situaciones de acoso o violencia, al hacer hincapié en que “los de afuera” o “la tribuna” tienen un rol fuerte en la conformación del “liderazgo por sumisión” que construye quien ejerce estas agresiones.

“Los espectadores, como tienen miedo que les pase lo mismo, no intervienen ante una situación de bullying. Y también pesa el mensaje que reciben de los adultos de ‘mientras a vos no te hagan nada, no te metas’, entonces las agresiones siguen sucediendo”, aseguró el presidente de “Si nos reímos, nos reímos todxs”.

¿Qué hacer para combatir el bullying?

Arístides Álvarez recomendó “desactivar el rol del espectador” y para esto aseguró que “en los entornos donde hay diálogo, acción cooperativa, donde los chicos se conocen, se aprenden a querer, a valorar por sus virtudes y no a mirar sus defectos, estas cosas no pasan”.

Y añadió: “Por eso es muy bueno que en las escuelas se desarrolle el cooperativismo y el mutualismo, apostando a lo colectivo por sobre lo individual y no a la meritocracia, a ver quién saca el mejor promedio o quien se destaca más, eso no ayuda, eso separa, divide y genera conflicto”.

Si nos reímos, nos reímos todxs

La ONG tiene más de una década de actividad y, junto al Ministerio de Educación, brinda capacitaciones a preceptores, docentes y centros de estudiantes para poner en común herramientas que ayuden a detectar los casos de bullying y actuar para detenerlos.

“Hay que lograr es que el docente se involucre, que no permita esta situación”, destacó Álvarez y agregó que el próximo sábado 8 de mayo realizarán un conversatorio entre profesionales de la ONG e invitados, el cual se desarrollará de 10 a 13, es abierto, gratuito y podrá verse a través del canal de YouTube de la organización.

¿Qué pasa con el bullying en tiempos de Covid-19?

En tiempos de pandemia, de mayor uso de internet, de aislamiento social, de escasa presencialidad, el bullying encontró su versión cibernética en las redes sociales, en los servicios de mensajería, en las salas de chat de los video juegos, apareciendo así el concepto de “ciberbullying”.

Los especialistas advierten que esta forma virtual del acoso y la agresión hace “mucho más daño” porque se potencia y viraliza a millones de personas sin posibilidad de frenarla.