Un viaje a La Rioja promete al turista momentos placenteros para respirar el aire puro de sus mañanas, admirar los tonos rojizos y ocres de sus cerros o visitar las aguas termales de Santa Teresita, además de conocer el cable carril más alto del mundo, un parque geológico con nidadas de dinosaurios, hacer trekking en cascadas y recorrer sus viñedos.

Al arribar a la capital riojana, diferentes museos permiten conocer los orígenes, cultura y el progreso de la provincia, mientras el Mercado Artesanal es la parada obligada para adquirir productos regionales, artesanías o disfrutar de espectáculos en su patio colonial.

También se puede recorrer el Circuito Religioso en el casco histórico, y el Paseo Cultural Castro Barros, ubicado en el centro de la ciudad en un edifico donde funcionaba la escuela normal Pedro Ignacio Castro Barros, que fue recuperado y remodelado para convertirse en el Kilómetro Cero de la Cultura y el Turismo de La Rioja.

En tanto, las carteleras del Teatro Provincial Víctor M. Cáceres y del Teatro de la Ciudad completan la agenda del visitante con distintos espectáculos.

Durante el día se puede recorrer el Parque De La Ciudad, ubicado en la avenida de Circunvalación y Las Palmeras, un fabuloso pulmón verde que se transforma en centro de esparcimiento, prácticas deportivas y recreación, dado que cuenta con natatorios, canchas de rugby, beach vóley, club hípico, iglesia, gastronomía, sanitarios, mirador y el estadio provincial Superdomo, un espacio multipropósito con una capacidad de hasta 13.000 personas, donde se realizan eventos deportivos, culturales, recitales y espectáculos públicos.

Una recorrida por la avenida Circunvalación o las pintorescas San Francisco y Ramírez de Velazco permiten apreciar la cercanía de los cerros riojanos, con un Vía Crucis en la montaña, canales de agua y la monumental iglesia de San Francisco de Asís, una construcción de piedra donde el santo evangelizaba a los indígenas.

En el paraje Cebollar, a muy pocos kilómetros del centro, la Reserva Municipal Juan Caro se destaca por su gran diversidad de flora y fauna autóctona e incluye a la cascada de Abrastain, a la cual se accede a través de un trekking de dificultad media y de unas 3 horas de duración. Desde allí, se puede visitar la reserva El Saladillo, un parque arqueológico y natural que fue habitado por pueblos originarios y luego por los jesuitas.

En el vecino departamento de Sanagasta, a pocos kilómetros al norte de la capital, se encuentra el Parque de los Dinosaurios un sitio geológico único en el mundo por el descubrimiento de nidadas de huevos de dinosaurios, con una antigüedad de 65 a 95 millones de años.

El parque cuenta con 5 circuitos señalizados para los visitantes, en donde se recrea la presencia de 10 especies de dinosaurios, réplicas de las especies del período cretácico como reptiles voladores, dinosaurios carnívoros de 10 metros de largo, y el famoso «Titanosaurius», una especie herbívora de cuello y cola muy larga.

En Castro Barros, la costa riojana está formada por una serie de pueblos silenciosos, rodeados de pinos, nogales y álamos que esconden decenas de casitas enclavadas al pie de las sierras del Velasco, en una región que ofrece un microclima ideal para el descanso y la contemplación de la naturaleza.

En Anillaco, muchos turistas visitan la casa del fallecido expresidente Carlos Saúl Menem, quien gobernó entre julio de 1989 y diciembre de 1990, ya que ahora es posible recorrerla y ver en su interior fotos de las vacaciones y estadías del mandatario en el lugar.

Los interesados por la ciencia y la tecnología pueden visitar en el departamento Arauco el Parque Eólico del Centro Interactivo Ambiental WINTI, donde se brindan jornadas de aprendizaje y aventura para apreciar los imponentes aerogeneradores o compartir juegos interactivos en una experiencia reflexiva, crítica, humanista y constructivista.

Cerca de allí, las Termas de Santa Teresita ofrecen aguas termales emplazadas en una zona montañosa que las provee de un microclima característico y pueden ser visitadas en cualquier estación del año, dado que son aguas de baja mineralización, con características relajantes.

El complejo cuenta con 7 piletas con aguas termales, 3 cubiertas y 3 bajo la sombra de palmerales, más una interna con hidromasajes, y además de la opción de hotelería allí se puede pasar el día y disfrutar del restaurante con exquisita gastronomía casera, excursiones, cabalgatas, trekking, mountain bike y cuadriciclos.

El Parque Nacional Talampaya, ubicado en el departamento Felipe Varela en el extremo noroeste de la provincia, es un Patrimonio Natural de la Humanidad y una de las 7 Maravillas Naturales de Argentina que se impone majestuoso con sus paredones rojizos y geoformas erosionadas por el viento y el agua, mientras hay diferentes recorridos por el Cañón de Talampaya y los Cajones de Shimpa en Overland.

También allí se puede practicar mountain bike hasta la Catedral o trekking por la Quebrada de Eduardo, y hasta un recorrido nocturno por el Cañón de Talampaya, a la luz de la Luna.

En Chilecito, el Cable Carril, declarado Monumento Histórico Nacional, en la mina La Mejicana, es la obra de ingeniería más alta del mundo y se puede visitar en cualquier época del año. Cuenta con 9 estaciones, de las cuales se pueden recorrer las 3 primeras en el día caminando, en vehículo propio o en 4×4, mientras para recorrer el circuito completo se debe realizar un trekking de 3 días y 2 noches.

El Museo Histórico del Cable Carril «Museo de la Minería Dr. Santiago Bazán» cuenta con 4 salas instaladas en una de las antiguas habitaciones, donde se exhiben todos los elementos que fueron utilizados en la mina.

La Rioja, compuesta por 18 departamentos, es una de las provincias del noroeste argentino enmarcada por la cordillera de Los Andes y las sierras del Velazco, que cuenta con 6.700 plazas hoteleras y un clima que deja inviernos secos y cortos, con temperaturas medias por encima de los 10°C y escasas lluvias, mientras sus veranos son extremadamente cálidos y lluviosos con temperaturas máximas promedio de 36°C .

En febrero, la provincia se convierte en el epicentro de la Fiesta Nacional de La Chaya, que cada año reúne a miles de personas en torno a la leyenda diaguita de Pujllay y Chaya para compartir bailes y vidalas, mientras se arrojan harina, agua y ramitos de albahaca.