A principios de abril, se conoció sobre una importante compra que realizó el ministerio de Justicia y Seguridad porteño por $52.765.291,90 para comprar equipamiento antidisturbios, entre los cuales se compraron 150 mil cartuchos con 24 postas de goma cada uno, 2000 granadas de mano, 1000 cartuchos de gas lacrimógeno, 2915 granadas de manos, todo a pedido de la División de Armamento, Munición y Explosivos.

En ese marco, la legisladora Victoria Montenegro, presentó un pedido de informes acerca de la compra directa de municiones antidisturbios realizada por el Gobierno de la Ciudad y la creación de un nuevo grupo especial de la Policía porteña denominado “Despliegue de Intervención Rápida (DIR).

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura señaló que “los recursos de los porteños tienen que estar destinados a optimizar el trabajo de los profesionales de la salud, de los hospitales, de los Cesac. No entendemos por qué hay tanta urgencia en gastar más de 50 millones de pesos para comprar armamento antidisturbios. Se trata de un virus al que no se lo combate con armas ni gases lacrimógenos”.

En el pedido de informes, Montenegro también pidió que se detallen cuáles fueron las razones que tuvo el Gobierno porteño para crear un nuevo grupo policial denominado DIR, cuyo entrenamiento, según trascendió, consiste en avanzar en grupos con escudos, instrucciones de tiro y diversas técnicas propias de un grupo especial similar a una Guardia de Infantería.

Durante la última reunión de la Comisión de Seguridad de la Legislatura porteña a la que asistió el Secretario de Seguridad Marcelo D’Alessandro, la legisladora planteó estas mismas inquietudes. Sin embargo, el funcionario no fue preciso respecto a cuál sería el protocolo de actuación al que se sometería este nuevo grupo policial.

La DIR es un grupo recientemente constituido al que fueron convocados más de 700 agentes durante los primeros días de abril. Esos oficiales hicieron adiestramiento en las instalaciones que la Policía de la Ciudad tiene en Francisco Fernández de la Cruz y Escalada. Allí se dividieron en grupos. Cada grupo estaba constituido por tres escopeteros, dos choferes de motos y un chofer de móvil policial.

“Creemos que crear un nuevo grupo especial de la Policía de la Ciudad, con ese tipo de entrenamiento, no optimiza a las fuerzas de seguridad cuya prioridad en este momento no debería ser preparase para la represión. Se trata de una crisis sanitaria que evidentemente no se resuelve con la compra de armas o la creación de nuevos grupos de choque”, agregó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos.

Fuente: latecla.info