Científicos del Instituto de Tecnología de Israel, el Centro Médico Sheba, la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Hebrea de Jerusalén realizaron un estudio que tuvo como objetivo “evaluar la eficacia de la vacuna Pfizer en la protección tanto de la infección previa como de la vacunación en la prevención de una infección posterior, la hospitalización por Covid-19, la enfermedad grave y la muerte por Covid-19”.

A raíz de ello, se detectó que la inmunidad natural que generan las personas que en algún momento se infectaron es ligeramente mayor a las que se vacunaron, según reporta el dossier.

Cabe aclarar que, como todos los informes científicos relacionados al Covid, se trata de una conclusión momentánea, siempre y cuando «es más lo que no se sabe» que lo que se sabe del virus, algo que ha demostrado la mismísima Organización Mundial de la Salud (OMS) con sus idas, venidas e indicaciones contradictorias, desde el comienzo de la pandemia.

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Durante la investigación, que duró tres meses, los expertos se enfocaron en cuatro grupos de personas: vacunadas sin haber antes sido infectadas e infectadas, y no vacunadas infectadas previamente y no infectadas.

Los resultados mostraron que la eficacia global de la vacuna de ARNm de Pfizer contra la infección era del 92,8 por ciento, situándose ligeramente por debajo de la inmunidad natural de una infección previa, que según el estudio era del 94,8 por ciento.

Otro dato que arrojó el estudio es que las personas no vacunadas que generan inmunidad naturalmente estaban mejor protegidas y/o preparadas en caso de una reinfección que las personas vacunadas que no habían sido infectadas previamente, con un 96.4 por ciento y un 94.4 por ciento respectivamente.

Con respecto a la muerte por el coronavirus, el estudio no presentó datos claros como para hacer una comparación.

Según los investigadores la doble dosis de la vacuna Pfizer es un 93.7 por ciento efectiva contra la muerte por virus PCCh, es decir un 6.3 por ciento de los candidatos murió por coronavirus después de haber sido vacunados. Sin embargo, de las personas no vacunadas y auto inmunes, solo murió una en el periodo de tres meses, aunque no está claro qué porcentaje representa.

Los datos utilizados en el estudio fueron provistos por el Ministerio de Sanidad y de la Oficina Central de Estadística de Israel, que recopilaron información sobre individuos de todo el país, lo que convierte la investigación en la más completa a gran escala que ha explorado la protección natural debida a la infección previa del virus chino en comparación con la vacuna de Pfizer.

Aunque el estudio concluye que tanto la vacunación con Pfizer y la autoinmunidad son importantes para mitigar la pandemia, el hecho de que la inmunidad natural del cuerpo humano sea más efectiva y más segura que las vacunas, presenta la duda de por qué los gobiernos alrededor del mundo tienen puesto su foco en que las vacunas son la respuesta a la pandemia. Sumado a eso la cantidad de muertes y efectos adversos graves ligados a las vacunas experimentales contra el coronavirus, han puesto en jaque la seguridad de las mismas.

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Basándose en evidencia científica, las autoridades sanitarias como el Dr. Fauci (Estados Unidos), han recomendado que para volver a la normalidad, es decir, eliminar las medidas orwellianas de restringir el movimiento de la gente, no permitir las reuniones sociales o siquiera ir a trabajar, un 80 por ciento de la población tiene que estar vacunada.

El estudio sobre lo que ocurrió en Israel -que posee un récord del 55 por ciento de la población vacunada-, que es también una «evidencia científica» y fundamentada, indica que la auto inmunidad que las personas han desarrollado podría ser suficiente para «volver a la vida normal».