A principio de mes, Conclusión visibilizaba una historia por demás de escabrosa. Relataba la historia de vida de dos mujeres que son hostigadas, amenazadas, y hasta incluso golpeadas por algunos vecinos de la zona movilizados por el odio.

La violencia hacia lesbianas, bisexuales u otras identidades se sigue sucediendo a lo largo y ancho del mundo. Hace unas semanas, el brutal asesinato de Samuel conmovió a todos: la ciudad española de La Coruña se enlutó por el asesinato de Samuel Luiz Muñiz de 24 años, allí un grupo de sujetos le propinaron una golpiza a un joven de 24 años y lo dejaron tirado en plena calle.

Este caso, como tantos otros, resuena en la vida de aquellas personas que son condenadas por amar libremente. Natalí tiene 35 años y vive junto a su madre en Barrio la Florida. Una vez más y con el afán de visibilizar su historia, relató como viven día tras día con el miedo de ser violentadas. “Siempre viví en el mismo domicilio, desde muy chica me di cuenta de mi inclinación sexual, de mi gusto hacia las mujeres. Soy lesbiana asumida desde muy pequeña y no lo oculto”.

Una historia que sólo es posible porque existen personas que se movilizan por el odio. Actualmente Natalí cuenta con un botón antipánico producto de las denuncias realizadas por amenazas de muerte y violencia física. “Siempre sufrí discriminación, hostigamientos, amenazas de muerte, agresiones tanto del índole físico, verbal como psicológicas. En la actualidad sufrimos junto a mi madre, que también es lesbiana como yo, extorsiones económicas y amenazas para que nos vayamos de nuestro hogar. Ellos no quieren que vivamos en dicho domicilio por homofobia, esto nos sucede con algunos vecinos de mi barrio».