La enfermedad de Lyme es causada por la bacteria llamada borrelia burgdoferi, que suele ser portada por las garrapatas de patas negras y otras especies de garrapatas, quienes a su vez la adquieren cuando pican a ratones o venados infectados con dicha bacteria.

De ahí que la forma de contagio al ser humano sea a través de la picadura de una garrapata infectada. Por lo que los factores de riesgo se resumen a realizar actividades al aire libre que incrementen la exposición a las garrapatas (por ejemplo, jardinería, cacería o excursionismo) en un área en donde se sabe que se presenta la enfermedad de Lyme, tener una mascota que pueda llevar garrapatas a la casa o caminar en pastizales altos.

Si bien en la mayoría de los casos una garrapata tiene que permanecer adherida al cuerpo durante 24 a 36 horas para transmitir la bacteria a su sangre, especialistas alertaron que las garrapatas de patas negras pueden ser tan pequeñas que es casi imposibles verlas y muchas personas con la enfermedad de Lyme nunca ni siquiera vieron o sintieron una garrapata en el cuerpo.

La enfermedad de Lyme se reportó por primera vez en los Estados Unidos en 1977, en el pueblo llamado Old Lyme, en Connecticut. Cerca de 300.000 estadounidenses cada año son diagnosticados con la enfermedad de Lyme, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Síntomas

Fiebre, dolor de cabeza, fatiga y una erupción cutánea llamada eritema migratorio son síntomas típicos de la enfermedad de Lyme.

Esta erupción a menudo se asemeja a un ojo de buey y puede aparecer a los pocos días de la infección. Entre el 70% y el 80% de las personas con enfermedad de Lyme desarrollan este sarpullido, y algunos pacientes lo desarrollan en más de un lugar del cuerpo.

Si no se atiende, la infección de la enfermedad de Lyme puede extenderse a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso, según los CDC. Esto puede provocar dolor e hinchazón en las articulaciones.

Después de varias semanas o meses, los pacientes también pueden experimentar hinchazón de las membranas que rodean el cerebro, parálisis temporal de un lado de la cara y “niebla cerebral”: olvido o confusión.

Tratamiento

El tratamiento estándar para la enfermedad de Lyme en las primeras etapas son los antibióticos orales. Si el sistema nervioso central se ha visto afectado por la enfermedad, se pueden administrar antibióticos por vía intravenosa durante 14 a 28 días.

El argentino que se contagió en EE.UU.

David Ostrovsky se fue en 2008 de visita a Estados Unidos sin saber que ese viaje cambiaría drásticamente su vida. En Nueva Jersey, un día mientras trotaba, lo picó una garrapata de ciervo.

Dado que la enfermedad no está presente en la Argentina la dilación en su diagnóstico facilitó el avance del mal en el cuerpo. De haberla detectado a tiempo, un tratamiento con antibióticos habría bastado.

A poco de ser picado sentía dolores de cabeza, cansancio extremo y fiebre constante. Y al regresar a la Argentina comenzó a sufrir dificultades para hablar y para movilizarse, tanto que perdió el habla y debía movilizarse en silla de ruedas. Como en el país se desconoce cómo tratar el problema, David casi que se autodiagnosticó leyendo e investigando por internet y llegó a conectarse con una clínica de Dallas, a la que fue para comenzar a recuperarse y a donde debió volver para un tratamiento de dos años.