«No todo lo que brilla es oro», dice el dicho. Y no todo lo que baja en materia de precios es una buena noticia. Muchos esperan todo un año de trabajo para aprovechar el descanso merecido al tomarse algunos días de vacaciones. Cuando la noticia para los turistas que viajaban en sus vehículos particulares a la Costa Atlántica era la baja en los combustibles, ya en el mar la novedad fue otra: el aumento de precios en otros rubros. Es que algunos empresarios y comerciantes aprovecharon para especular con el inicio de la temporada para aumentar casi un 30% más los precios de este mes con relación a diciembre pasado.

Así, por ejemplo, Gonzalo, de la zona de Congreso en la Capital Federal y que llegó a Mar del Plata antes de fin de año, le contó a Diario Popular: «El 30 de diciembre me senté en la barra de La Fonte d’oro (ubicado en la tradicional calle comercial Güemes) y tomé un café con leche por 29 pesos; pero el 2 de enero, el mismo café, me lo cobraron 40 pesos… una barbaridad».

Algo parecido pasó con los famosos churros Manolo, que aumentaron su valor en cuanto comenzó el nuevo año: pasaron a costar de 4 pesos por unidad, a $5; y la docena, que en diciembre costaba 48 pesos, trepó hasta los $60.

También resolvieron aumentar sus precios para la temporada los parques acuáticos como Acuópolis, que ahora sale 220 pesos para mayores y $170 para menores (antes $180 y $130); o Aquasol, mayores $245 y menores $165 (antes $200 y $120).

Otros que aprovecharon la movida de la temporada fueron los propietarios de garages: la estadía, que en diciembre tenía una valor de 120 pesos trepó hasta los $180.

Claro que muchos de estos precios disminuirán en febrero y marzo, conforme la ciudad vaya viendo mermada la cantidad de turistas y visitantes.

Las autoridades provinciales, con el gobernador Danel Scioli a la cabeza, habían solicitado expresamente a los comerciantes que «no se aprovecharan de los turistas» aumentando los precios, que los «cuidaran». Y la mayoría acató estas recomendaciones. De hecho, en la zona de Cabo Corrientes y también por Playa Grande, el café sigue costando lo mismo que en octubre: entre 22 y 25 pesos.

En panaderías como El Arca de Noé (sobre la avenida 39) todavía se puede conseguir la docena de facturas por 20 pesos.

En cuanto al alquiler de carpas, en la zona céntrica de la ciudad el valor pasó de 300 pesos a $500 por día, pese a que no todos esos balnearios ofrecen servicios especiales.

Por ejemplo, los balnearios más coquetos de la zona de Punta Mogotes, han resuelto poner precios por demás accesibles a sus instalaciones.

«Nosotros -contó Augusto Di Giovanni, gerente comercial del complejo B12- ofrecemos el alquiler de una carpa para seis personas en 500 pesos diarios, valor que se reduce considerablemente si se opta por una alquiler de varios días. Y por ese precio ofrecemos vestuarios, spa con sauna e hidromasajes, gimnasio, piscina con deck para adultos, recreación para niños con otra piscina, nursery y hasta el agua para el mate que en cualquier lado te la cobran y acá la regalamos».

Está claro que la mayoría aprendió de experiencias pasadas, como los agentes inmobiliarios, que no pudieron aumentar mucho sus precios para evitar que muchas propiedades quedaran sin ser alquiladas como en el inicio de 2014.

La mayoría eligió no especular con los precios, motivo por el cual se puede encontrar a turistas muy satisfechos con los precios: «Comer no representa un presupuesto exagerado -dijo Carlos de Tigre- somos tres de familia y con gustos dispares, por eso preferimos comprar la comida afuera y, en rigor de verdad, gastamos casi lo mismo que si cocináramos en casa. Hay alternativas muy favorables y te diría que más accesibles que el año pasado».