Por Alejandro Maidana

En los últimos Juegos Paralímpicos 2020 realizados en Tokyo, la ciudad de Rosario contó con tres representantes que tuvieron un desempeño notable. Eran tiempos de flashes, distinciones y halagos por doquier, pero claro, todo pasa y la soledad queda. La lucha del deporte adaptado persigue como única meta, que la participación de deportistas con discapacidades físicas, visuales e intelectuales, se torne masiva y con la contención necesaria por parte del estado.

Pero para ello, la decisión política es fundamental a la hora de torcer una realidad que poco tiene de inclusiva y mucho de desigual. Por ello Martín Arroyo, entrenador nacional olímpico, e instructor personal de Yani Martínez y Brian impellizzeri, atletas rosarinos que representan a la ciudad y el país por el mundo obteniendo resultados fruto de su enorme esfuerzo, dialogó con Conclusión con la intención de acercar la realidad que atraviesa el movimiento paralímpico “Quiero dejar en claro que a esta lucha la llevo adelante por fuera de los atletas, ya que no quiero que salgan lastimados ni perjudicados por esta situación. A Rosario le falta transitar un proceso concreto para poder desarrollar un movimiento que viene generando muchísimas alegrías”, indicó Arroyo.

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La insistencia como única herramienta, un extenso derrotero que solo entiende de resiliencia y estoicismo. Distintas misivas buscaron acercar ideas transformadoras que solo persiguen igualdad. “En lo particular he solicitado a través de cartas y distintas propuestas para poder avanzar en la gestión de una política deportiva que tenga que ver con el movimiento paralímpico. Mi reclamo se sustenta en que no existe una sola política deportiva al respecto, sobre todo en los últimos veinte años. De hecho, después de la medalla que obtuvo Rosario a través de Yanina Martínez, y que claramente puso en el tapete el enorme sacrificio que desembocó en su logro, no pudimos modificar absolutamente nada”.

Tanta Yanina como Brian son dos atletas excelentes, pero detrás de ellos dos no hay una escuela de desarrollo, no hay una propuesta de trabajo, no existen iniciaciones deportivas ni desarrollos de trabajo. “Todo lo que te menciono es lo que hace falta, y esto se puede llevar a cabo desde una dirección de deporte o se puede brindar a través de una subdirección. Pero más allá de esto, nosotros no sabemos si pertenecemos a inclusión social o al deporte federado. Primero deberíamos dilucidar donde estamos parados, para poder ver si dentro de deportes podemos proyectar una subdirección o una coordinación, siempre entendiendo que deberíamos doblegar la lucha por la falta de presupuesto. Propugnamos la igualdad, ya que, si existe centros de desarrollo deportivo en el municipio, tanto para natación como para atletismo, la pregunta que me hago recurrentemente es porque no existe en el movimiento paralímpico ¿Por qué no podemos contar con ese derecho?

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Este es un incentivo que se debe brindar a través del estado generando una estructura, para que luego las instituciones comiencen a imitar ese camino, para dese manera no tener la obligación o la necesidad de conformar ONGs, Asociaciones Civiles o el solo hecho de solicitar dinero para que los jóvenes puedan realizar un viaje. “Las situaciones que debemos atravesar casi cotidianamente tienen que cambiar, se viene trabajando en torno al deporte, pero notamos que el movimiento paralímpico está muy relegado, y nosotros sabemos como encausar el camino para que tengamos un importante número de atletas. Los reconocimientos y los halagos por el trabajo realizado y los logros obtenidos, nos hacen sentir muy bien, al igual que los mimos a los atletas, pero es menester destacar que, si bien los mimos son constantes, la realidad no cambia. Hasta el día de la fecha no tenemos una propuesta que pueda modificar el rumbo de las cosas, lograr incentivos dentro de las instituciones, lograr un acceso donde los chicos puedan dirigirse a realizar la práctica deportiva”, enfatizó el entrenador nacional olímpico.

Algunos no tienen la ambición de ser grandes atletas, ya que solo pretenden realizar un deporte, y esa opción lamentablemente no existe. “El municipio debe ser quien rompa con esto, para poder generar un efecto de contagio para con el resto de las instituciones privadas.  Necesitamos una política deportiva concreta, puede ser una escuela de desarrollo y capacitación, es menester destacar que lo mío no está relacionado a la crítica ya que no se puede criticar lo que no existe, lo mío tiene decididamente que ver con una solicitud, con un reclamo, con un pedido”, concluyó Martín Arroyo.