«El tratamiento hormonal de reemplazo para mujeres que atravesaron la menopausia es una oportunidad terapéutica para prevenir enfermedades o deterioros en el aparato cardiovascular y en la salud ósea», explicó la médica ginecóloga Sandra Magirena, al resumir las conclusiones del Congreso Mundial de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) que se realizó esta semana en Francia, y del cual participó la profesional.

La médica argentina, autora del libro “Regreso a mi: vivir una menopausia consciente”, contó que en el Congreso se realizó un simposio sobre esta etapa natural de la vida que es el climaterio, que sucede a continuación de la etapa reproductiva, que va desde la menarca hasta la menopausia.

En el simposio «después de muchos años de estudio y evaluación acompañando a la mujer en menopausia, se concluyó que el objetivo central está puesto en el envejecimiento saludable, en la mejora de todos los factores de riesgo, promoviendo la salud integral centrada en la alimentación, la salud física, dejar de fumar, evitar factores de riesgo, y hacer un control de alimentación», detalló la profesional.

Desde Francia, compartió conclusiones del Congreso de FIGO «que sustentan lo que digo en el libro, en la consulta, y que tiene que ver con tratamientos que hacen énfasis e hincapié en la salud vulvovaginal y la utilización de la terapia hormonal de reemplazo».

La salud vulvovaginal «tiene que ver con la sequedad y todas las complicaciones que puede traer como el síndrome genitourinario o las disfunciones sexuales, y la promoción está en no esperar, sino en empezar tempranamente los tratamientos de mantenimiento de la humectación vaginal, tratamientos con estrógenos locales y eventualmente fisioterapia del piso pélvico», explicó.

Aclaró que «el tratamiento de mantenimiento vaginal debe hacerse de por vida y de manera continua, porque la progresión de la atrofia vaginal, de la sequedad, es una modificación crónica. Es importante, por lo tanto, no esperar a que aparezcan los síntomas, ya que casi el 80% de las mujeres, a los 10 años de la menopausia, lo va a tener».

Sobre el tratamiento hormonal de reemplazo, la ginecóloga indicó que debe realizarse «cuando el médico o médica lo considere necesario, ya que hay una ventana de oportunidad terapéutica que le va a facilitar a la mujer prevenir enfermedades o deterioros en el aparato cardiovascular y en la salud ósea» y «debe hacerse con medicamentos avalados y respaldados por la investigación y la medicina basada en la evidencia»

«No hay que tenerle miedo al tratamiento hormonal de reemplazo cuando está realizado en la ventana de oportunidad terapéutica que, generalmente, es antes de los 60 años y con menos de 10 años de haber pasado la última menstruación y cuando no existen los factores de riesgo y contraindicaciones», añadió.

Esas contraindicaciones están relacionadas con haber tenido «cáncer de mamá o algún otro tipo de cáncer, antecedentes de tromboembolismo pulmonar o venoso, una patología hepática o una enfermedad crónica severa que el médico tiene que determinar». En este contexto «la mujer debe recibir terapia hormonal de reemplazo como prevención de enfermedad cardiovascular y osteoporosis», señaló Magirena.

La ginecóloga se ha convertido en los últimos años en una difusora de la menopausia a través de su libro, en simposios, talleres, congresos y en redes sociales, con el objetivo del «romper tabúes, mejorar la calidad de vida de las mujeres y romper el silencio sobre el derecho al placer en el climaterio» dijo la médica.

El libro aborda la menopausia desde la medicina integrativa e incluye pautas de alimentación, técnicas de relajación, mindfulness, sexualidad, actividad física y espiritualidad y recomienda tratamientos para una etapa «no es una enfermedad ni un estado patológico, sino una transición en la vida de todas las mujeres», definió la especialista.