Marcos Galperin tuvo que tomar la decisión de convertir a Mercado Libre en una entidad bancaria en México, un hecho que dejó expuestos los privilegio de los que goza en Argentina, con aval del Gobierno nacional.

Hasta el momento, la firma operaba en territorio mexicano mediante una licencia fintech -de aplicaciones de tecnología financiera-, lo que la habilitaba a prestar una serio de servicios -entre los que se incluía la conocida billetera virtual de la empresa-. El problema le surgió al chocar normativamente con aquellos servicios que la legislación no le permite prestar.

Una licencia bancaria mexicana le permitiría recibir depósitos de nómina y eliminaría el límite a las cantidades retenidas, a la vez que el proceso de aprobación y emisión de tarjetas de crédito sería más rápido. Estos son pensamientos que aparecieron en la mesa de decisiones de la firma, tal lo contó Osvaldo Giménez, presidente de Mercado Pago, la unidad fintech de la empresa, en declaraciones a la agencia Bloomberg.

«La licencia bancaria facilitará muchas cosas, desde cómo ofrecemos crédito a los usuarios hasta cómo podemos ofrecer productos de inversión», apuntó Giménez, y agregó: «Con la escala que ostentamos y la ambición que tenemos de ser el banco digital más grande de América Latina, este paso va en a dirección correcta».

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Estas exigencias no aparecen en suelo argentino para la empresa de Galperin. El equipo de Javier Milei, con Luis Caputo en el Ministerio de Economía y Santiago Bausili en el Banco Central, están lejos de ponerse igual de firmes que los mexicanos.

Mercado Libre está registrada en el Banco Central pero no cuenta con autorización para captar e intermediar fondos del público. En teoría, según la Ley 21.526, no podría hacerlo sin una Ley de Entidad Financiera, pero desde 2016 capta fondos del público a través de sus cuentas de pago y luego los deposita en diferentes bancos o los transfiere al mercado de capitales por medio de Fondos Comunes de Inversión. En síntesis, la operación es irregular, pero cuenta con la vista gorda del BCRA.

La firma logró estas concesiones bajo la carcasa de ser una herramienta de inclusión financiera que le permitiría a millones de personas que no estaban adheridas al sistema bancario tener una cuenta. Los datos del BCRA marcan otra cosa y dejan ver que 36 millones de personas tienen cuenta en un banco, en una billetera o ambos. De ese número, 12,6 millones de personas solo tienen cuenta en un banco y 1,6 millones de personas únicamente tienen en una billetera. Eso se traduce a que solo 5% de la gente es un beneficiario directo de este esquema.

Los beneficios de Galperin en Argentina no son ningún secreto. Aparecen también en el plano tributario. La propia empresa los reconoce en cada una de las presentaciones que realiza ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). Allí destaca el impacto positivo que tuvo por adherir al Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento.