Las paredes cuentan las historias de los oprimidos, de aquellos que no tienen voz. Como dicen los grafitis “las paredes son la imprenta de los pueblos”, y hoy, la historia viva grita con voz de mujer.

El fin de semana pasado se llevó a cabo la primera pintada federal de la Asociación de Mujeres Muralistas de Argentina (AMMURA). Así lograron realizar 250 pintadas en simultáneo en distintas provincias de Argentina.

Para conocer en profundidad que hay detrás de esta hermosa movida llena de color, historia viva y sororidad, Conclusión dialogó con Shetza Chicacausa, nacida en Colombia y rosarina por adopción integrante de este grupo de mujeres artistas.

“AMMURA, Asociación de Mujeres Muralistas de Argentina, surge a principio de este año por una demanda concreta en Buenos Aires  que tiene su anclaje en la paridad en Proyectos de arte Urbanos, festivales y convocatorias,  ya que siempre era un 70 – 30 de nosotras participando en estos eventos”.

Las chicas se juntaron y un nuevo espacio de encuentro comenzó a florecer, “las mujeres se agrupan e invitan a artistas de todo el país, a nosotras nos convoca Medianeras Murales, que son pibas que pintan en otro circuito artístico y a un nivel más internacional”.

Nuestra ciudad también es parte de esta movida trasformadora del espacio, “aquí nos juntamos hace ya un mes y medio, refrescando esta demanda de AMMURA y dándole una connotación netamente Municipal, es decir,  a nivel Rosario”.

El fin es visibilizarse como artistas urbanas, “el 15 y 16 nos agrupamos en la plaza Carlos Gauna (Córdoba al 5000) y fuimos 12 chicas pintando cada una con su propio diseño. Realizamos reuniones previas para poder llevarla a cabo, fue una actividad autogestiva en donde conseguimos nuestras propias pinturas, y lograr el espacio para poder utilizarlas”.

Los trazos, colores y formas, pintan una realidad desigual que atraviesa a todas las mujeres, “fue una movida hermosa donde nos conocimos y hermanamos, la idea es seguir adelante visibilizando el arte urbano, intentando gestionar proyectos enmarcados en el género desde este arte”.

Paralelo a este hermoso proyecto que se llevó a cabo en todo el país, Shetza también realizó una denuncia en torno a cómo es manejado este arte en la ciudad. “Queremos participar del arte urbano de Rosario, pero especialmente aquí existe la particularidad que la empresa Pintores de Rosario tiene todas las licitaciones para pintar en la calle. Esto quiere decir que hacen convocatorias y nosotros los artistas urbanos podemos diseñarlos, pero no llevarlos a cabo, es la empresa la que pasa los bocetos”.

“En cierto punto existe una tercerización, ya que se llevan todas las licitaciones, luego lo realizan otras personas y se quedan con el dinero que podría servir para generar eventos de talla internacional si se quiere. Creemos que Rosario tiene una política que no connota el arte urbano, ya que el mismo juega con la arquitectura, el espacio y la vía púbica, no es una reproducción de un cuadro en una pared sino que se piensa y se construye distinto”, relató la artista.

El arte urbano guarda la memoria a través de la imagen, por eso la iconografía, los distintos simbolismos van surgiendo según el momento del ser humano.

“Un amigo me decía que las pintadas del último fin de semana, era como ver un recital de pintoras. De este modo podemos hacer un paralelo de lo que ocurre en Rosario, con esto de  que otros pinten tus dibujos, sería como si a un músico le compraran la pieza y luego la interpretaran de cualquier otra manera”.

Es importante no minimizar el arte urbano y reconocerlo como tal, “lo hacemos porque nos gusta pintar, porque es un oficio, y para llegar a lograrlo tenemos que tener conocimiento previo, por eso queremos interpretar nuestras obras. Antes fue un dibujo en un papel, pero ahora es otra cosa, lo pintas y se va de vos, y luego la gente también le da su interpretación, eso es el arte urbano”, concluyó Shetza.