La infección por el virus Nipah (VNi) apareció ya en 1988 en Kampung Sungai Nipah, Malasia. Es una zoonosis emergente que causa cuadros graves en animales y en el ser humano. El huésped natural del virus es el murciélago frutero de la familia Pteropodidae, género Pteropus. Se describen menos de 20 casos por año en el mundo.

En el caso de Malasia el huésped intermediario fue el cerdo. Sin embargo, en brotes posteriores no hubo huésped intermediario. En 2014, en Bangladesh, los contagiados contrajeron la infección tras consumir savia de palma datilera contaminada por murciélagos fruteros infectados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) avisó el pasado mes de junio de un nuevo brote en la India, país donde se han dado la mayoría de casos en los últimos años juntamente con Bangladesh.

La comunidad científica cree que la mayoría de casos vienen a raíz de intoxicaciones causadas por el consumo de jugo palmera datilera, muy popular en los dos países nombrados anteriormente. Los murciélagos se cobijan en estos árboles y hacen sus necesidades en ellos. Los síntomas que provocan su infección son fiebre, dolores de cabeza, vómitos, dolor de garganta, somnolencia o mareos entre otros.

El período de incubación es entre 5 días y dos semanas mientras que los síntomas duran entre 3 y 14 días. Lo que más preocupa de este virus es su alta tasa de mortalidad (entre el 40 y el 75%) y que es muy contagioso. Además, puede dañar seriamente el cerebro dejando importantes secuelas neurológicas.

En el hombre la infección por VNi se asocia a un espectro de manifestaciones clínicas que van desde un proceso asintomático hasta un síndrome respiratorio agudo o una encefalitis mortal. El VNi también puede afectar a los cerdos y otros animales domésticos.

Tranquiliza que el Nipah está muy localizado y que dadas las circunstancias actuales es poco probable que se extienda, no obstante, hay que ir con pies de plomo porque a día de hoy no hay vacuna ni medicamento que ponga remedio a sus dañinos efectos.