Por Alejandro Maidana

La vida en los espacios verdes dejó de ser esa panacea para el alma para convertirse en un verdadero calvario para quienes los habitan. El modelo productivo extractivista y envenenador, sigue azotando con su brazo de hierro ante la atónita mirada de propios y extraños.

Los distintos focos contaminantes, nos muestran como el perturbador presente condiciona la idea de un futuro libre de venenos. En Timbúes la acción en conjunto de un grupo de madres y padres apoyados en el equipo Emisa (Espacio Multidisciplinario de Interacción Socio Ambiental), pudo llevar adelante una investigación que arrojó un informe escalofriante.

Los análisis fueron tomados del suelo para saber en qué situación se encontraba el jardín maternal, y a qué químicos estaban expuestos niñas y niños que concurren al mismo. Atrazina, Glifosato, Ampa, Metolaclor, Dieldrin y D.D.T total, fueron los plaguicidas encontrados en el lugar, una verdadera amenaza a la salud de una población por demás de vulnerable.

Como Vecino Autoconvocado por la Vida de Timbúes, José Febre no ha cedido un centímetro en la batalla contra la contaminación de su lugar de residencia, consultado por Conclusión disparó: “A mediados del 2017 enviamos una denuncia a la Universidad Nacional de la Plata para ver la posibilidad existente de poder realizar un muestreo de suelo. Esta inquietud surge debido a que nuestros niños habían comenzado a concurrir al jardín maternal <Camba Nambi>, enclavado sobre un terreno que durante 40 años funcionó como cooperativa agropecuaria”.

En el sitio aún se puede contemplar los rastros de los silos, celdas, y por ende, muchísimos vestigios de venenos. “El 20 de noviembre del 2017 se acercan jóvenes de la extensión del EMISA enviados por Damián Marino, ejecutivo del Espacio, para tomar distintas muestras del predio donde pululan los niños. Días atrás nos llegó el resultado final de dicha investigación, que arroja gran cantidad de agrotóxicos en los suelos, principalmente en la sala de juegos donde los niños pasan gran parte de su tiempo”.

La necesidad de resguardar la integridad de los pequeños como premisa fundamental, “los niños no pueden estar más en ese lugar, ya que su salud se encuentra acorralada por estos venenos. Es por ello que como vecinos le exigimos al intendente Amaro González que se haga cargo del tema, y trate de reubicar este jardín maternal ya que en este lugar no puede continuar”, enfatizó Febre.

“Cabe destacar que también le hemos solicitado al intendente, los datos finales del Campamento Sanitario realizado en 2017. Las pruebas de aire, agua y suelo son fundamentales para poder demostrar de manera explícita a que estamos expuestos los habitantes de Timbúes”, concluyó el vecino.