En el marco de una nueva edición del programa «Desarme Voluntario» que vuelve a implementar la Subsecretaría de Control de Armas del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, se dictarán desde este martes y hasta el próximo viernes los talleres de capacitación para los «facilitadores de desarme», quienes estarán a cargo de los puestos móviles que se distribuirán en los distintos puntos de la ciudad de Rosario.

«Lo que se busca es generar un espacio de reflexión sobre las problemáticas y las consecuencias que acarrea la tenencia de un arma de fuego, tanto para el hogar como para la sociedad en general», señaló Lucas Covacich, director de Control de Armas. «Se parte de la premisa de que un arma de fuego es un problema para todos, no sólo para la persona que la posee».

 

Covacich explicó que los puestos móviles de entrega voluntaria, que van a comenzar a funcionar la semana que viene, van a estar en diferentes puntos de la ciudad para que las personas puedan concurrir en forma anónima. «Lo que hacen es entregar el arma y como contraprestación, se les entregará un voucher con un monto que va de los 1200 a 3000 pesos, dependiendo del tipo de arma que se entrega», explicó el funcionario y remarcó: «Lo importante es que el arma se inutiliza frente a la persona que la trae. Se le anula el sistema de disparo». 

El director de Control de Armas detalló que «el año pasado, durante el operativo de los puestos móviles, se logró juntar 395 armas», además de lo obtenido en la oficina de Anmac. «Es la oficina que más armas juntó en todo el país en dos semanas», enfatizó.

«El programa nacional en todo el país recibió alrededor de 11.000 armas. En la provincia de Santa Fe aportamos alrededor de 800 o 900 armas. Un 10% en un mes y medio lo aportó la provincia», ponderó Covacich.

En otro orden, el funcionario estimó que, según los estudios estadísticos a nivel nacional, por cada arma legal, hay una ilegal. «Se supone que hablamos de alrededor de 700.000 armas ilegales», detalló.

En cuanto al programa de desarme, Covacich apuntó que «está dirigido, básicamente, a las personas que no quieren tener un arma, que por ahí la han heredado, o que tienen un arma pero cambiaron de opinión y ya no quieren tenerla más».

«Es una política de prevención, el objetivo fundamental es la disminución del circulante de armas de fuego por la complejidad y problemas que acarrean y por los hechos delictivos que se producen», señaló el funcionario. «Si bien este programa de entrega voluntaria no es la solución a todos los problemas de seguridad, es una línea de trabajo que desde la provincia estamos desarrollando y creemos que es fundamental».

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