La Agencia Provincial de Seguridad Vial y el Ministerio de Justicia de la provincia de Santa Fe llevan adelante un programa de reeducación para condenados por hechos viales, que les permitan adquirir hábitos y patrones de conducta más solidarios a través de un ejercicio de autocrítica y toma de conciencia de sus actos.

Se trata de una iniciativa inédita y novedosa en la provincia, que consiste en un conjunto de actividades de sensibilización y concientización hacia el infractor vial cuya conducta configure un delito penal y que intentan ser de gran utilidad pública para mejorar la seguridad vial, reducir y evitar la reiterancia de las conductas con riesgo vial.

A partir de este programa se otorgan herramientas concretas a los fiscales de la nueva justicia penal a la hora de suspender a prueba o condenar a infractores viales. Los objetivos propuestos por este programa son reducir la reincidencia y la siniestralidad vial, a partir del trabajo específico en relación con el factor o los factores de riesgo que presenta el imputado o condenado penal, en la conducción de vehículos a motor y promover el cambio actitudinal, así como una mayor concientización sobre la importancia del cumplimiento de las normas de tráfico.

Hacia la prevención a través de la reeducación

Este programa surge de la necesidad de crear sanciones que sean ejemplares para la sociedad, y que a la vez, puedan generar un cambio subjetivo en aquella persona que cometió un delito en tránsito, para que – a través de la reeducación- no vuelva a reincidir. Se considera que para que esto se lleve adelante es necesario un compromiso y una toma de posicionamiento en lo que refiere al Estado.

El desarrollo de este programa acumula un largo debate por parte de los actores involucrados con el fin de implementar de la mejor manera posible la reeducación y reinserción de las personas que con sus infracciones causaron un daño a otras, un camino no recorrido hasta ahora en material vial. El mismo fue desarrollado por dos psicólogas, una de ellas también psicóloga social, y una abogada (todas ellas miembros de la Asociación Civil Compromiso Vial) junto con la colaboración de un ingeniero especialista en educación vial y psicólogo social.

El programa consiste en dos etapas, una instancia teórica de una hora y media y luego la dinámica en equipo con los profesionales. El equipo que trabaja con los infractores crea cada martes un espacio de reflexión y transformación de la conducta a partir de la toma de conciencia de que, si bien los condenados son responsables de haber cometido algún delito vial y deben responder por esto de manera efectiva, es necesario tener presente una mirada puesta en la posibilidad de cambio y de toma de conciencia de los hechos cometidos por ellos.

Del dolor al reconocimiento del error

El desafío es que esta propuesta exige de parte de todos los que participan en este programa una concepción constructiva del espacio, lo más alejada posible de todo prejuicio y un fuerte convencimiento de que los condenados tienen la posibilidad de lograr el cambio anhelado por la sociedad que los alberga.

Según el psicólogo social a cargo de la dinámica, Hernán Pistare, hay que tener en cuenta el concepto de “conciencia crítica” como el registro de las propias necesidades y, a la vez, de las necesidades de los otros como así también las de la comunidad a la que pertenece.

Luego de dos ediciones del programa que comenzó el año pasado y meses de trabajo, charlas y dinámicas grupales, la valoración que hace el equipo de profesionales así como las autoridades provinciales es sumamente positiva ya que consideran que se cumplen los objetivos planteados con el programa y a lo largo de las sesiones los asistentes evolucionan hacia una toma de conciencia.

Así, las situaciones de dolor, aún cuando es imposible la reparación, se transforman en la certeza de que es posible una movilidad más segura para todos.