El Día Mundial del Hábitat, que se celebra el primer lunes de octubre de cada año, apoya la misión de ONU-Hábitat hacia un cambio transformador en las ciudades y los asentamientos humanos.

En 1985 las Naciones Unidas designó el primer lunes de octubre de cada año como el Día Mundial del Hábitad. Con el objetivo de reflexionar sobre el estado de la estructura de nuestros pueblos y ciudades y el derecho básico de todos a una vivienda adecuada. También pretende recordar al mundo su responsabilidad colectiva en el futuro del hábitat humano.

¿Por qué un Día sobre el hábitat?

El Día Mundial del Hábitat se celebró por primera vez en 1986 con el tema «La vivienda es mi derecho». Nairobi fue la ciudad anfitriona para la celebración de ese año. Otros temas anteriores han incluido: «Vivienda para las personas sin hogar» (1987, Nueva York), «Vivienda y urbanización» (1990, Londres), «Ciudades futuras» (1997, Bonn), »Ciudades más seguras» (1998, Dubai); «La mujer en la gobernanza urbana» (2000, Jamaica), «Ciudades sin tugurios» (2001, Fukuoka), «Agua y saneamiento para las ciudades» (2003, Río de Janeiro), «Los objetivos de la Declaración del Milenio y la Ciudad» (2005), «Las ciudades, imanes de esperanza» (2006), «Ciudades armoniosas» (2008) y «Planificando nuestro futuro urbano» (2009, Washington, DC).

Cada año, el día mundial del hábitat adquiere un nuevo tema para promover políticas de desarrollo sostenible que aseguren un refugio adecuado para todos. Este año promueve la contribución de tecnologías innovadoras de vanguardia a la gestión sostenible de residuos para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible.

Estos temas promueven a menudo una de las áreas focales de ONU-Habitat tales como:

-Vivienda y servicios sociales inclusivos

-Un entorno de vida seguro y saludable para todos —con especial consideración para los niños, los jóvenes, las mujeres, los ancianos y los discapacitados

-Transporte y energía asequibles y sostenibles

-Promoción, protección y restauración de espacios verdes urbanos

-Agua potable, limpia y segura y saneamiento

-Calidad del aire saludable

-Creación de empleo

-Mejor planificación urbana y mejoramiento de barrios marginales

-Mejor gestión de residuos

En Argentina

Datos brindados a través del Índice de Calidad Global de la Vivienda (ICGV), se puede advertir que en la Argentina existen 3 millones de viviendas deficitarias, de las cuales 2,7 millones son recuperables y 300 mil irrecuperables.

Pero otra cifra desalentadora para el futuro social del país, está dado en que el 24% de los hogares habitan en viviendas recuperables o irrecuperables, y que las provincias más pobres, como son el caso de Jujuy, Formosa y San Juan, son los que más sufren esta situación, con 4 cada 10 hogares que tienen serias insuficiencias en su casa.

Según da a conocer la Fundación Mediterránea a través del Ieral (Instituto de Estudios sobre la realidad argentina latinoamericana), en nuestro país hay un déficit total de 820 mil viviendas nuevas y 2,7 millones de viviendas que necesitan mejoras, lo que da un total de 3,5 millones de hogares que necesitan de potencial atención por parte de la política habitacional.

Números de la Subsecretaría de Desarrollo y Urbanismo, del Ministerio de Planificación Federal, Inversión y Obras Públicas de la Nación, marca que entre 2003 y mayo de 2011 fueron terminadas cerca de 609 mil viviendas. En 2010 se terminaron menos de 35 mil viviendas. La distribución geográfica de las viviendas construidas también es testigo de la falta de un criterio objetivo en la política habitacional: en Misiones se terminaron 79 viviendas cada 1.000 habitantes desde 2003, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, 1 vivienda y media cada 1.000 habitantes.

Según estudio reciente del Departamento de Investigaciones de la Fundación de Estudios para Desarrollos Inmobiliarios (FEDI), en Argentina hay 12.2 millones de hogares y el 16% de estos pertenecen a viviendas alquiladas, lo cual equivale a dos millones de familias. Aún estarían faltando tres millones de viviendas para satisfacer las necesidades habitacionales de la población. Este déficit se incrementa a un ritmo de 36 mil viviendas por año, aproximadamente.