El hecho no sorprendió a las autoridades penitenciarias, a pesar de lo inusual que resulta el hecho, pero sí dejó pasmado al joven que lo acompañaba en la celda de la sección especial en  que se encontraban.

El extraño episodio fue protagonizado por Joan Gabriel Salzman, de 19 años, acusado por el delito de robo y tentativa de homicidio, por el cual espera la homologación del acuerdo de un juicio abreviado para una condena de siete años de prisión, según indicaron fuentes judiciales a El Diario de Entre Ríos.

Su compañero de celda, tras dar avisó de lo ocurrido a los agentes de guardia, contó que estaban charlando tranquilamente hasta que Salzman tomó una bombilla de mate, la partió y se la tragó.

«Su compañero lo miraba incrédulo», admitió el director de la cárcel, Rubén Gómez.

Eran alrededor de las 6.00 de la mañana del jueves, cuando los guardias trasladaron a la unidad de atención médica de la propia cárcel y de ahí al Hospital San Martín.

Eduardo Elías, el director del hospital indicó «en una intervención quirúrgica, se pudo extraer el cuerpo extraño».

«En la imagen radiológica se observaba bien que en ese momento el objeto se encontraba a nivel esofágico. Cuando llegó al quirófano estaba ya a nivel del estómago», agregó.

Aclaró que si bien es muy pronto para establecer cómo evolucionará «debería hacerlo bien. Ya pasó a sala».

«Es la primera vez que veo algo así, los cirujanos, por su función, sí han podido ver otros casos», concluyó.

Salzman había ingresado a la unidad penal hace dos semanas, luego de que incumpliera las condiciones del arresto domiciliario, y por eso se encontraba alojado en una sección especial dispuesta para aquellos internos en período de adaptación hasta su albergue definitiva en los pabellones.

El director de la cárcel admitió que «este tipo de episodios son bastante comunes entre los internos», comentó que hace unos meses hubo un caso similar y recordó que hace unos años hubo un caso en el que otro interno se tragó una pila.

Si bien el director de la cárcel fue cauto respecto de lo que podría ocurrirle a Salzman a su regreso, admitió que «lo primero es atender la salud, reintegrarlo, indagar hasta determinar por qué tomó esa determinación y, en última instancia, se le podría imponer algún tipo de sanción disciplinaria, porque no se puede permitir que un interno atente contra su propia vida».