Por Gisela Gentile

Yo como mujer decido como parir, reconozco mi cuerpo, siento cada contracción tomando conciencia que mi útero se contrae y relaja de manera intermitente, y que junto a nuestro bebé comenzaremos el proceso de parto. Trabajamos y transitamos a la par, sensaciones en pos de lograr la coronación, ese anillo de fuego que me anuncia que vas a nacer, que dejas mi vientre  para pasar al otro lado de la piel. Tu llegada al mundo se hizo realidad, tu llanto que cesa con nuestro contacto, el calor de tu cuerpo sobre mi pecho y ese silencio trascendental y único que perdurará en mí eternamente. Naciste, y lo hicimos juntos.

No todas las mujeres corremos con la misma suerte, no todas podemos ser dueñas de nuestro parto. Nos callan, nos pinchan, nos juzgan, nos subestiman e intervienen.   La ley de parto humanizado 25.959, promulgada en 2004 rige en todo el territorio nacional, tanto en el ámbito público como en el privado, promoviendo derechos de la madre e hijo durante el proceso de nacimiento. Pero somos nosotras quienes debemos plantarnos y hacer que la misma se respete, presentar un plan de parto, conocer nuestros derechos, pero por sobre todas las cosas, estar informadas y no callar. La ley está, el problema es su incumplimiento y subestimación.

Del 14 al 20, se llevará a cabo la semana mundial de parto respetado, el lema de este año será “Menos intervenciones, más cuidados”. En este marco Conclusión dialogó con la obstetra Viviana Roffi y la licenciada en obstetricia Belén Oxandabarat para conocer sobre una forma diferente de acompañar los partos.

“A veces se plantean conflictos en torno al nombre que le hemos puesto, “parto respetado” ya que en ocasiones lo referencian al respeto biológico del mismo, y muchas veces eso solo no lo hace humanizado. Justamente con esto, hago referencia al conocer la historia de esa mujer que va a parir, saber qué piensa, qué siente, qué la atraviesa en ese momento. De esta manera termina siendo un parto personalizado a la vida e historia de esa mujer”. Así comenzaría el intercambio con Conclusión la obstetra Viviana Roffi.

“Hay que darle un lugar al nacimiento, independientemente del modo si es natural o por cesárea, es un momento absolutamente trascendental para el resto de su vida tanto para quien nace como para quien pare. Hay que respetar los tiempos biológicos y utilizar la ciencia cuando lo amerite, cuando es necesaria le damos la bienvenida”.

Al hablar de los diferentes partos que pueden darse, y la forma en la cual los profesionales acompañan los mismos, Belén Oxandabarat agregó: “Respetar los tiempos fisiológicos no lo hace todo, debemos respetar los tiempos de la mamá, del niño, la familia, y proveer información para que puedan decidir sobre su cuerpo para poder expresar su deseo. La connotación emocional es fundamental, no se puede dejar toda una historia en la puerta de la sala de preparto, por el contrario, nosotras somos todo eso en el momento de parir”.

Salirse de las estructuras preestablecidas no es sencillo y aquellos profesionales que deciden correrse de la misma deberán sortear altibajos, “en nuestro proceso de formación continuamente debemos deformarnos de algunas cosas que hemos aprendido. En lo particular me llevó un tiempo, y el poder transitar estos cambios con otros colegas no es fácil, porque la visión diferente  a veces se toma a mal o hace que otros profesionales se sientan atacados con la misma. Más allá que uno no busca eso sucede a menudo”.

La medicina hegemónica indica que un parto se trata igual que otro dentro de un rango determinado, allí las mujeres somos todas iguales y nos trasformamos en una maquina de parir, sin conciencia ni historia. Hay gente que cree que ayuda y quizás lo hace con la mejor intención, porque no nos forman para saber que debemos hacer. Pero justamente acompañar partos no intervenidos, pasa por lo que no debemos hacer. La que debe hacer es la mujer y nosotros debemos tener paciencia” enfatizó Roffi.

“En mi caso elijo acompañamientos institucionales, ya que la misma me brinda la seguridad que necesito. Pero más allá de eso considero que las instituciones puedan convertirse en un espacio más amable. A veces un simple cartel en la puerta contando quien está por venir, dándole una bienvenida a ese ser, apagando las luces de una sala de preparto logramos menos estímulos, entendiendo así que cuanto más instintivo es, mejor parimos. También podemos utilizar aromas, masajes, música, incorporar elementos como la pelota, ya que trabajamos con el concepto que la mujer es su propio instrumento para el parto, dar libertad de movimiento lo hace humano”.

“Poder  preguntar que necesita esa mujer, permitir que llore, que grite, que exprese sus emociones como le salgan. El grito en realidad no le molesta a la paciente sino a quien lo escucha, es lo mismo que el dolor. La mujer que decide que su parto no sea intervenido transforma ese dolor, dándole lugar a que ocurra, difícil es entender la expresión de dolor de la mujer sin sufrir uno, pero cuando entiende que no es sufrimiento sino dolor lo único que hacemos es acompañar” dijo la obstetra.

Hace dos mil años que estamos atravesados por una cultura que indica que vas a parir con dolor, cuando parimos también parimos nuestra historia. “A veces se traslada de generación en generación conceptos ligados al dolor que llevan a frases como “hacete una cesárea para no sufrir”, como si la misma no doliera, como si la misma no tuviera riesgos, cuando es necesaria bienvenida sea, pero si no lo es darle lugar  a lo natural. Pudiendo percibir como se comporta nuestro cuerpo, como se abre nuestra pelvis, como el bebé busca el camino. Trabajar con la mujer, desmitificando historias de sufrimiento, porque parimos con todo, cuerpo mente y alma”.

Cuán importante es que todas las mujeres tomemos conciencia y nos apropiemos de nuestro parto, al respecto Roffi reflexionó: “El empoderamiento de la mujer no es algo que se trasmite sino que se debe transitar, yo puedo contarle a alguien que significa empoderarse de su parto, qué necesita y quiere, pero si la mujer no transita ese poder difícilmente lo logre. Particularmente yo también fui aprendiendo en los diferentes partos, ya que al venir de una medicina hegemónica tuve que modificar muchas cuestiones en torno al acompañamiento”.

“Muchas veces las pacientes están transitando otro momento y no están preparadas para determinados partos, el empoderamiento las coloca como protagonistas y en consecuencia ellas deciden como quieren ser acompañadas por nosotras. Como profesionales debemos controlar que todo ande bien, pero la que sabe qué necesita y siente es la mujer”.

Una forma diferente de transitar el trabajo de parto, “el método de parto en movimiento nace de ver como las mujeres parían de forma natural y espontanea. Tanto Blandine Colais Gemain como Nuria Vives Parés tomaron fotografías de muchas mujeres  pariendo y de esa manera percibieron que hacían con sus pelvis. Así determinaban qué movimientos realizaban en los diferentes momentos del proceso de parto y en consecuencia crearon un método para enseñar los mismos. Si dejaríamos a las mujeres ser espontaneas los harían instintivamente, pero lamentablemente cuando se interviene un parto lo primero que te dicen es “quedate quieta”, cuando en realidad necesitan moverse”, comentó la obstetra.

“Cuando una mujer está conectada con su cuerpo, lo escucha, confía en él y comienza a moverse para encontrar la posición más cómoda, toca sus caderas y realiza los movimientos por instinto. Consideramos que no hay movimientos innecesarios y los hacen por instinto según la posición de su bebé. Cuando comprende que su pelvis es el mejor instrumento para parir, la mujer sola lo hace sin que nadie tenga que decirle nada”, agregó la licenciada en obstetricia Belén Oxandabarat .

Las mujeres tienen que conectarse con su cuerpo, escucharlo, cuando logran eso es suficiente. A veces hay que abrir la puerta a esa escucha porque de esa manera saben todo lo que tiene que hacer. Obviamente todo esto proviene de una estructura cultural, ya que durante años como mujeres nos dicen “no muevas las caderas”, “cerrá las piernas”, “se te ve la bombacha”, “se femenina”. Cuando el problema es la mirada del otro, debemos hacer una mirada social y en general debemos ver las cosas de manera más natural, concluyó Roffi.

En el marco de la semana del parto respetado, y por quinto año consecutivo “Colectivo Autoconvocado Mujeres en Tribu” convoca a movilizar el sábado 19 de mayo a las 10.30 hs desde Córdoba y Paraguay hasta Plaza Montenegro. Este año el lema será “Menos intervenciones, más cuidados” y se pregonará  por más partos y nacimientos respetados, libres de violencias y llenos de derechos. La jornada contará con música en vivo y muestras de fotos.