Por Hermes Lavallén

Hemos leído o escuchado en su momento, que para que no lloviera durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2008 en China, desde 21 puntos de Pekín lanzaron al cielo 1.100 cohetes cargados de yoduro de plata.

Otros de los recurrentes es Rusia para que no lloviera durante el acto festivo más multitudinario del año, la celebración del 1 de Mayo en la Plaza Roja de Moscú, el Kremlin aseguró un cielo despejado con técnicas de siembra de nubes.

En los últimos días vimos muchas noticias al respecto de como hace tanto calor en Dubai, el gobierno está pagando a los científicos para que llueva.

Las distintas formas con las que la precipitación alcanza el suelo dependen del desarrollo vertical de la nube, de las temperaturas que se alcancen en su interior y de la temperatura ambiente entre su base y el suelo.

La siembra de nubes es un método de modificación del clima

Los agentes de siembra se dispersan en las nubes de manera controlada. Estos materiales luego alteran los procesos microfísicos dentro de la nube, por ejemplo proporcionando núcleos de hielo, condensación adicional o alterando la humedad relativa mediante la introducción de partículas higroscópicas.

Estas técnicas se pueden utilizar para aumentar o disminuir la precipitación (lluvia o nevada) en un área determinada. La siembra de nubes también se puede aplicar para suprimir o mitigar el granizo.

EMIRATOS ÁRABES

Frente a un futuro más cálido, fuentes de agua cada vez más escasas y una población en aumento, los científicos del país de Oriente Medio hacen que llueva.

En Emiratos Árabes, los científicos crearon tormentas de lluvia lanzando drones, que luego aplicaron electricidad a las nubes. Las gotas que se agitan en las nubes pueden hacer que se agrupen, observaron los investigadores. Las gotas de lluvia más grandes que resultan caen al suelo, en lugar de evaporarse en el aire, que suele ser el destino de las gotas más pequeñas en los Emiratos Árabes Unidos, donde las temperaturas son altas y las nubes también.
Los funcionarios meteorológicos de los Emiratos Árabes Unidos publicaron un video esta semana de automóviles conduciendo bajo un aguacero en Ras al Khaimah, en la parte norte del país. La tormenta fue el resultado de uno de los esfuerzos más recientes de los Emiratos Árabes Unidos para aumentar las precipitaciones en una nación que en la que por lo general no llueve, solamente llueve unos días al año en los Emiratos y durante el verano, casi no llueve.

Historia de la siembra de nubes

En el año 1946 los científicos Vincent Schaefer y el Premio Nobel Irving Langmuir, en el Laboratorio de Investigación de General Electric en Schenectady, Estados Unidos, trabajaban en una manera de experimentar con las nubes sobreenfriadas, para lo cual utilizaban una especie de congelador forrado por dentro con terciopelo negro, que hacía la función de un simulador de nubes. Schaefer intentó con cientos de agentes capaces con algún potencial de estimular el crecimiento de cristales de hielo (talco, sal, polvos y varios agentes químicos) con pobres efectos.
Un día muy caluroso de verano, Schaefer intentó realizar sus experimentos de rutina, pero se dio cuenta de que la cámara congeladora no era capaz de bajar la temperatura a los niveles necesarios, por lo que no generaba la nube que esperaba. Por ello añadió un trozo de Hielo Seco, con la intención sólo de bajar la temperatura. Pero inmediatamente notó un vapor azul seguido de una explosión de millones de pequeños cristales de hielo, que reflejaban los rayos de luz que iluminaban una sección transversal de la cámara. Con ello descubrió, por casualidad, la forma de transformar el agua sobreenfriada en Cristales de Hielo.

DESCUBRIMIENTOS PARA “SEMBRAR” NUBES

Ese mismo mes, el colega de Schaefer, el destacado científico atmosférico Bernard Vonnegut se atribuye el descubrimiento de otro método para “sembrar” nubes de agua muy frías. Vonnegut lleva a cabo su descubrimiento revisando material bibliotecario de Química y realizando experimentos con yoduros y plata para producir yoduro de plata. Ambos métodos se adoptaron para su uso en la siembra de nubes durante 1946.

Schaefer descubrió una forma de alterar el contenido de calor de la nube, vale decir bajar la temperatura de esta para forzar la creación de cristales de hielo. Y por su parte Vonnegut alteró la estructura cristalina de formación, aportando núcleos de congelación a la nube.

El primer intento de modificar las nubes naturales en el campo a través de la siembra de nubes, se realizó en el norte de Nueva York el 13 de noviembre de 1946. Schaefer fue capaz de provocar nevadas cerca de Monte Greylock en el oeste de Massachusetts, después de liberar seis libras de hielo seco en la nube desde un avión.

El hielo seco y yoduro de plata son agentes que han demostrado eficacia en el cambio de la química y física de las nubes sobreenfriadas, por tanto útiles para aumentar las nevadas de invierno en las montañas y en determinadas condiciones, evitar rayos y granizo.

En Argentina

En algunas provincias de la República Argentina se utiliza la siembra de nubes con yoduro de plata para evitar la caída de granizo. En la Provincia de Mendoza, desde el año 2005, el estado provincial se hace cargo de la lucha antigranizo.

Entre septiembre y abril, Mendoza registra un promedio de 5.600 tormentas. Un número impactante.

Afortunadamente, sólo un 11% de ellas –unas 600- ocurren sobre los tres oasis productivos que tiene el territorio mendocino: el Oasis Norte, formado por los ríos Mendoza y Tunuyán Inferior; el Oasis Centro o Valle de Uco, a partir del río Tunuyán Superior; y el Oasis Sur, que tiene su origen en los ríos Diamante y Atuel.

“En promedio, en cada temporada ocurren 116 días con tormentas, de los cuales 54 corresponden a días con tormentas severas sobre áreas cultivadas” explica el ingeniero Pablo Stalloca, Director de la DACC. “La vid es el cultivo más afectado porque representa el 50% de la superficie cultivada en los tres oasis de la Provincia y el 50% restante se compone de frutas de carozo, verduras y hortalizas”, detalla.

Evidentemente, las tormentas graniceras representan una seria amenaza para la economía local. Por eso, Mendoza ha desarrollado un Sistema de Mitigación por Daños de Granizo que incluye la lucha pasiva y la lucha activa y está basado en el conocimiento de la microfísica de las nubes y de los procesos que ocurren en un sistema convectivo.
Para la lucha antigranizo Mendoza usa aviones Piper Cheyenne para la siembra de nubes. Los pilotos con mucha experiencia vuelan con alto riesgo entre las células de tormenta.

Infraestructura

Hay que contar con mucha infraestructura, estaciones meteorológicas, un sistema de radares de última generación para medir zonas extensas y generar datos.

Aparte de los generadores desde tierra y avionetas para sembrado en altura.

Son esos datos estadísticos, recopilados todos los años bajo una misma técnica lo que permite decir si el sembrado de nubes es efectivo o no. En Mendoza se está trabajando con los datos obtenidos a partir de radares, impactómetros y estaciones meteorológicas que han recopilado varios años de datos a fin de responder la gran pregunta referida a la eficiencia del sistema.

Por la situación histórica del Paraná algunos se cuestionan si la siembra de nubes en la alta cuenca puede ser una salida para el Paraná para hacer llover artificialmente.

La bajante del río Paraná es la más importante de los últimos 77 años. Su causa “supuesta” entre otras es el déficit de precipitaciones que desde el 2019 están por debajo de las medias mensuales de los últimos 10 años.

¿Es descabellado pensar en sembrar nubes para hacer llover en las cuencas superiores del Paraná? Hay quienes opinan que quizás el mayor problema roce la esfera política, por desconocimiento de cómo estos experimentos de intervención climática que se realizan en un determinado punto, pueda generar un ‘efecto mariposa‘ en otras zonas.

En otros países de la región

El bombardeo de ioduro de plata, que aliviana las cargas de las nubes transformando el granizo en agua, es un producto que se vende a muchos productores agropecuarios que prefieren no pagar un seguro.

En Chile se empleó recientemente el llamado “bombardeo” de nubes para solucionar un problema de sequías y ahora ese mismo sistema se emplea en México.

El meteorólogo chileno Miguel Martínez cree que este sistema puede emplearse sin problemas en nuestro país, específicamente en las zonas que están sufriendo por sequías y falta de agua. La empresa chilena Hidromet, que se dedica a realizar este bombardeo de nubes, describe al proceso como una “siembra de nubes con yoduro de plata” y con él se aumenta de manera artificial la disponibilidad de agua dulce por medio de las lluvias, para que se aproveche en el campo, en la generación de energía eléctrica en las centrales hidroeléctricas y en el sector minero.

Un proceso anterior que tiene efecto similar requiere de aviones o helicópteros, que lanzan productos químicos a las nubes desde el aire, pero el sistema empleado por la empresa chilena inyecta yoduro de plata a las nubes desde la Tierra, siendo así una alternativa con costo más bajo e igualmente efectiva.
Hay en el mundo al menos 34 empresas que se dedican a ello. Una de las empresas con mayor experiencia en Latinoamérica de siembra de nubes desde tierra, es la empresa Mettech radicada en la Ciudad de Quilpué, región de Valparaíso, Chile.

Foto: Generador terrestre de yoduro de plata

Foto: Generador terrestre de yoduro de plata

Mettech contesta a preguntas frecuentes:

-¿La siembra de nubes produce impactos ambientales negativos?

-No hay evidencia que sugiera que la siembra de nubes genere impactos ambientales negativos significativos en el medio ambiente. Las mediciones realizadas desde la década de 1950 indican que la cantidad de yoduro de plata depositada en un área objetivo después de un proyecto de siembra de nubes de larga duración esta alrededor de 500 veces por debajo de la cantidad que se sabe que es tóxica para plantas, animales, árboles o Humanos. De hecho resulta prácticamente imposible detectar cualquier acumulación de plata por encima de las cantidades naturalmente presentes en el medio ambiente. Las investigaciones se siguen desarrollando en la actualidad, pero aun sin encontrar evidencia de daño o peligro.

-¿La siembra de nubes le roba precipitación a zonas vecinas?

-Frecuentemente se piensa que la siembra de nubes roba lluvia al vecino. Este error se basa a menudo en la creencia de que hay humedad limitada en la atmósfera. El vapor de agua está siempre presente en la atmósfera. Los cálculos señalan que del total de humedad disponible en una nube, solo el 1% cae a tierra en forma de precipitación. Por ello, si la siembra de las nubes genera un aumento de aproximadamente un 10% en una zona, sólo el 0,1% del balance hídrico se verá afectado en esta zona limitada. Varios estudios sobre el impacto de la siembra de nubes en las zonas que se encuentran a favor del viento de las áreas objetivo deseadas han indicado que la precipitación tiende a aumentar y nunca a disminuir, ya que el efecto de la siembra puede beneficiar zonas de hasta 300 kilómetros de distancia.

-¿Existe algún vínculo entre la siembra de nubes y los llamados «chemtrails» o ataques químicos?

-No. La siembra de nubes no tiene ninguna relación con los llamados «chemtrails”, ataques químicos o estelas químicas. De hecho la existencia de estos «chemtrails» tiene muy pocos fundamentos reales. Lo que llaman chemtrails son en realidad «estelas» o senderos de nubes creadas por la condensación de humedad en los motores de los aviones en grandes altitudes. Estas estelas son inofensivas ya que es solo vapor de agua y no tienen en absoluto relación con la siembra de nubes. Estos senderos se observan normalmente en días despejados, cuando no se llevará a cabo la siembra de nubes. Los núcleos de siembra de nubes de fuentes terrestres o aéreas no producen tales nubes visibles. Los proyectos de siembra de nubes se realizan en completa transparencia, dado que existen estudios que avalan la seguridad al medio ambiente y su operación es de dominio público.

-¿Los proyectos de siembra de nubes pueden evitar que llueva?

-Existen rumores, sobre todo en España, de que los aviones de siembra de nubes evitan que precipite o disipan las nubes. Esta idea es totalmente equivocada, los proyectos de siembra de nubes siempre buscan aumentar la precipitación, que es el objetivo fundamental de cualquier agrupación, institución o empresa que contrate estos servicios. Ya sea contratado por Agricultores, Mineras, Hidroeléctricos o Gobiernos, todos obtienen beneficio económico al disponer de mayor cantidad de agua. En relación a los proyectos de Control de Granizo, lo que buscan es generar una mayor cantidad de granizos pero de menor tamaño, para así reducir los daños por los impactos al caer, y que además, se ha percibido un aumento en la cantidad de la precipitación en estos casos. Sobre la disipación de nubes para favorecer el turismo, que se habla en algunos medios de prensa informal de internet, hasta el momento no se conocen sistemas que tengan esos resultados, ni la capacidad técnica de algún país para disipar nubes. Los únicos registros de intento de evitar que llueva fueron realizados en Beijing para las olimpiadas de 2008 y para la celebración del 1 de Mayo en la Plaza Roja de Moscú. Para ser eventos tan aislados, los resultados aparentemente fueron positivos, pero se utilizó una cantidad de Yoduro de Plata gigantesco, para sobresaturar la nubosidad (8 toneladas en China) y solo evitaron la precipitación por algunas horas y en una superficie muy reducida de Beijing. Por el contrario, para aumentar la precipitación, la dosificación que cada equipo emite a la atmósfera fluctúa entre 6 a 12 gramos de yoduro de plata por hora, cantidad ínfima respecto de la que se utilizó para evitar la lluvia.