Este 26 de junio es el día (decretado por la ONU) contra el uso indebido y tráfico ilícito de drogas. «Desde hace ya muchos años, distintas organizaciones tomamos esa fecha y la resignificamos bajo el lema: acompañe, no castigue«, expresó Peralta.

Por ello, este viernes 25 de junio, Miradas AC y varias organizaciones más se reunirán en la plaza Pringles de Rosario por la mañana (alrededor de las 9:30 hs) «para exponer las incongruencias de la actual ley que criminaliza y avasalla DDHH, bajo el lema –Sin despenalización, no hay salud mental-«.

Fabián Peralta, integrante de Miradas AC dialogó con la prensa explicando el motivo de la organización y de las políticas que llevan adelante.

El lema principal, acompañe y no castigue, «tiene que ver con la necesidad de modificar la actual ley de drogas, una ley que vulnera los derechos humanos, que además como bien lo estableció la Corte Suprema de Justicia en el fallo Arriola, es anti constitucional porque no respeta el artículo 19 de nuestra constitución», argumentó Peralta.

En el acompañe y no castigue; y este año con el lema «sin despenalización no hay salud mental» estamos volviendo a insistir en la necesidad de modificar la actual ley que rige en nuestro país desde 1989″, enfatizó.

Asimismo, Peralta otorgó explicaciones sobre lo indispensable que es tener una política de drogas que coloque al ser humano en el centro de la misma y no a la sustancia.

Detalló que:

«Hoy se habla mucho de la sustancia, se le da un rol protagónico, se titula muchas veces que la droga avanza, la droga te atrapa, dándole un rol activo a la sustancia y dándole un rol pasivo a las personas. Nos parece que eso es un error conceptual.»

La situación actual con respecto a las drogas no mejoró sino que fue empeorando. Como especificó Peralta, el ex presidente Nixon, durante su mandato, lanzó una guerra a las drogas y hace 50 años que la problemática se viene agudizando.

Peralta recalcó que «tenemos más producción, tenemos más consumo, tenemos índice de violencia extremadamente difíciles y nos parece que este fracaso a la guerra de las drogas en estos 50 años es el mejor justificativo que tenemos para plantear una nueva política de drogas que respete los derechos humanos y los derechos individuales de los y las usuarias.«