Por Leonardo Coscia / Noticias Argentinas

En los últimos años, aumentaron las visitas oftalmológicas entre los usuarios de pantallas digitales, cuya utilización desmedida se incrementó causando cada vez más casos de Síndrome del Ojo Seco.

El médico oftalmólogo Aldo Da Prá, miembro de la Clínica San Camilo, explicó que «esta disminución en la cantidad o calidad de las lágrimas puede ser producida por el uso de pantallas de ordenadores y celulares, que determinan cambios en el film lagrimal.»

La frecuencia del parpadeo en los humanos es de 18 veces aproximadamente por minuto y los estudios marcan que esta disminuye a la mitad con el uso de dispositivos con pantalla digital.

«Por lo tanto esto influye en la pérdida de la lubricación fisiológica adecuada», señala Da Prá, quien a su vez aconseja usar la pantalla a 60 centímetros, ligeramente por debajo de la mirada, reduciendo el brillo y tratando de incorporar de manera voluntaria, mayor parpadeo y descanso durante 20 segundos, cada 20 minutos.

El especialista indicó entre los factores que pueden causar el denominado ojo seco a la menopausia, diabetes y enfermedades autoinmunes (artritis o lupus), Herpes zoster, uso de lentes de contacto, exposición continua a pantallas digitales, medicamentos (diuréticos, betabloqueantes, psicotrópicos, antihistamínicos, etc.), cirugías como el LASIK (corrección de las ametropías), colirios con conservantes y exposición a climas secos, ventosos, humo y aires acondicionados.

La prevención del ojo seco

Da Prá destacó la importancia «evitar los ambientes excesivamente climatizados, sobre todo calefaccionados, usar humidificadores de ambiente».

Asimismo, el oftalmólogo recomendó «no concurrir a lugares con climas secos o muy ventosos, ambientes con polvillo o humo de tabaco, usar anteojos envolventes para reducir el efecto del viento y tratar de hacer pausas cada 20 minutos al fijar la vista en pantallas».

«Lo importante es mantener la higiene de los parpados, especialmente el borde, ya que allí están alojadas las glándulas de Meibomio que cumplen la función de segregar lípidos, evitando así la evaporación de las lágrimas», remarcó el especialista.

Da Prá dijo que «entre los síntomas más comunes se encuentra la sensación de arenilla, picazón, enrojecimiento, dificultad en la lectura, al mirar TV o en abrir los ojos al despertar, mucosidad, intenso lagrimeo y como sintomatología muy severa, el Síndrome de Sjögren (enfermedad que afecta las glándulas que producen humedad en todo el cuerpo)».

En este sentido, afirmó que «es importante destacar que más allá de estas molestias, pueden aparecer consecuencias más severas como queratitis y úlcera de córnea».

Ante los primeros indicios, Da Prá recomendó, según cada paciente, aplicarse gotas oculares llamadas «lágrimas artificiales» que son fármacos similares a las lágrimas naturales y ayudan a mantener la humedad y lubricación de los ojos; también pueden colocarse tapones artificiales en los puntos lagrimales para evitar el drenaje lagrimal y, en algunos casos, se utilizan medicamentos antiinflamatorios y estimulantes de la secreción lagrimal.