Más de 3.000 camiones se encuentran varados del lado argentino en la frontera con Chile, en el Paso Cristo Redentor, debido a un cambio en los protocolos de ingreso al país trasandino por el Covid que se puso en marcha el 14 de enero pasado. Si bien en el tema ya intervino la Cancillería argentina, por el momento no se avizoran soluciones inmediatas y la tensión comienza a incrementarse.

Frente a esto, desde la Asociación de Propietarios de Camiones (Aprocam) reiteraron el pedido a las empresas de no aceptar cargas que vayan con destino al país trasandino.

Debido al conflicto que mantienen los camioneros con los funcionarios de los organismos chilenos que prestan servicio en el Paso Libertadores, del lado chileno: Aduana, SAG (Servicio Agrícola Ganadero), y PDI (Policía de Investigaciones), tampoco pasan transportes desde el vecino país al nuestro.

“Aprocam reitera el pedido a las empresas de no enviar camiones a Chile”, subrayó Daniel Gallart, presidente de la entidad gremial-empresaria, quien junto a otros directivos de la organización mantuvieron la semana pasada sucesivas reuniones con funcionarios y legisladores en busca de abrir una vía diplomática con Chile a fin de destrabar el conflicto en el paso fronterizo Cristo Redentor.

El conflicto se inició el viernes 14 cuando, debido a un brote de Covid entre 6 funcionarios de Aduana, Chile decidió hacer test de antígenos a todos los choferes que transitan ese corredor internacional.

Hasta el 13 de enero la modalidad era llevar un PCR negativo con un máximo de 72 horas de antigüedad y se hacían testeos de antígenos aleatorios.

Con el nuevo protocolo, las horas de espera se convirtieron en días y en la actualidad ningún camión argentino cruza a Chile, y tampoco hay paso desde el vecino país hacia Argentina.

“Chile tiene dos caminos para tomar, o bien retrotraer las condiciones al 13 de enero, pidiendo el PCR negativo que se traía, más un test aleatorio, o de lo contrario poner personal suficiente para testear al 100% de los conductores acorde al flujo del Paso internacional”, indicó Gallart.

COMUNICADO DE UIA Y CERA

La Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) expresaron este jueves su preocupación por los más de tres mil camiones que se encuentran varados en el paso internacional Cristo Redentor, en Mendoza, debido a la decisión del Gobierno chileno de exigir el testeo de todos los choferes para dejarlos ingresar al país trasandino.

La UIA expresó, en un comunicado, que «la imposición de testeos de antígenos obligatorios al 100% a los conductores de camiones -además de la presentación del PCR negativo- y la capacidad acotada de testeos en el paso continúan profundizando el problema».

En ese sentido, la entidad fabril consideró que «en virtud de dar respuesta a las dificultades que impiden el abastecimiento de productos y genera cuellos de botella en las zonas fronterizas, resulta necesario dar curso a las autoridades chilenas para encontrar soluciones expeditivas que dinamicen las medidas sanitarias».

«La UIA se encuentra trabajando junto a las autoridades nacionales pertinentes para avanzar en este sentido», concluyó la gremial empresaria.

Por su parte, el titular de CERA, Fernando Landa, advirtió que la situación genera «un alto grado de incertidumbre y sobrecostos», y «requiere de la urgente implementación de un esquema de control mejor preparado, basado en la cooperación binacional”.

Actualmente hay unos tres mil camiones varados en el paso Cristo Redentor, fronterizo con Chile, como consecuencia de la decisión del Gobierno trasandino de exigir el testeo de todos los choferes, además de la presentación de un PCR negativo, obligatorio para el tránsito.

«Sin desconocer la actual situación sanitaria global y la soberanía de cada país para establecer su política al respecto, la instrumentación de ese tipo de medidas debe ser acorde con el contexto y privilegiar la cooperación», remarcó la entidad en un comunicado difundido este jueves.

«Lo cierto -agregó- es que los exportadores argentinos están afrontando mayores costos y eventuales pérdidas reputacionales ante incumplimientos contractuales producto de la modalidad de implementación de estas medidas».

Por último, la CERA indicó que «además de la preocupación ya manifestada por nuestra Cancillería, estamos ante una oportunidad de cooperación para la implementación de un sistema fronterizo que satisfaga las necesidades sanitarias, económicas y comerciales de ambos países».