Por Alejandro Maidana

El caso que debe afrontar una mamá como Mónica Gutiérrez, es tan particular que sensibiliza al más duro. Su vida se reparte en tres, el mismo número de hijas con discapacidad, que tiene. Una historia entre tantas otras, una mujer fuerte que no le teme a las arbitrariedades.

“Rocío es mi hija biológica y la mayor de las tres, fue ella quién me enseño a amar la discapacidad. Tanto Brisa como Alejandra fueron adoptadas, pero siempre las sentí como propias, en esta casa hay mucho cariño y respeto por el lugar que ocupa cada una”, contó una mamá orgullosa y en pie de lucha.

Alejandra tiene 10 años y padece una parálisis cerebral con epilepsia refractaria, convulsionaba todo el día, las 24 horas, era un solo movimiento, una constante convulsión y descargas convulsivas. Hoy si bien ha podido equilibrar su cuadro, el mismo depende de una dieta cetogénica, algo que con el recorte de Nación se ve en riesgo.

 

Ketocal es el producto que debe ingerir Alejandra, “desde Desarrollo Social de la Nación me dijeron que todo medicamento o producto que supere los $ 4.000 no se iba a autorizar. Si bien en las últimas horas se comunicaron conmigo para garantizarme que esto se iba a solucionar, no es Ketocal lo que me van a enviar, sino un derivado. Esto implica volver a experimentar con Alejandra, ver como lo asimila y rogar que su cuadro de salud no empeore”, enfatizó.