Por Gisela Gentile

El mundo está atravesando momentos difíciles debido a la expansión del Coronavirus, por ello los medios de comunicación debemos actuar con enorme responsabilidad social. Es por ello que no debemos dar lugar a opiniones infundadas sobre el tema, tranquilizando a la población y no alarmándola, brindándole información seria, basada en evidencia científica cierta para no crear el pánico.

Este último, es una reacción estresante que contribuye a disminuir las defensas de nuestro sistema inmunológico, es decir, todo lo contrario de lo que hay que hacer en estos casos, que es fortalecer dicho sistema.

Para aportar la necesaria palabra de un facultativo, Conclusión entrevistó al doctor gerontólogo Luis Mario Fernández Risso, quién sostuvo que “cuando no se puede eliminar el agente infeccioso, hay que trabajar para fortalecer al huésped. Es en virtud de estas consideraciones que hemos consultado a diversas fuentes autorizadas y en pos de ello preparado un informe”.

Los coronavirus son una extensa familia de los denominados retrovirus, algunos solo afectan a los animales, pero otros también pueden afectar a los humanos, causando desde un resfrío común, dolor de garganta, tos, a una bronconeumonía grave. La mayoría de las personas se infectan con estos virus en algún momento de su vida. Hay siete cepas registradas de coronavirus humanos (HCoV) hasta la fecha, como el SARS Co-V,  que produjo el síndrome respiratorio agudo severo, que surgió en el 2003 en los países del sudeste asiático, causando más de 8000 enfermos y un 10% de muertes.

En torno a la actual cepa de coronavirus agregó, “es surgida en la ciudad de Wuhan, China, y es definida como una pandemia por la OMS porque se está difundiendo globalmente en todo el planeta. Algunas personas tienen más probabilidades de morir si se contagian del nuevo coronavirus, refiriéndonos a los más ancianos, los que están afectados por alguna enfermedad (especialmente respiratoria).

En el primer gran análisis que se ha hecho de la enfermedad en China, la tasa de mortalidad fue diez veces mayor en los adultos mayores que entre pacientes de mediana edad, y fue mucho más baja en personas menores de 30 años. “Como observamos, en distintos informes, entre los más afectados están los ancianos porque éstos, por distintas razones, ya sea por un envejecimiento no activo y con mala calidad de vida, u otras, como comorbilidades y/o tratamientos diversos con fármacos inmunodepresores que disminuyen la capacidad defensiva del organismo humano”.

Algunos se preguntan si es más peligroso el coronavirus que la gripe estacional, sobre esto Fernández Risso expresó: “Ciertamente no se pueden comparar las tasas de mortalidad porque muchas personas con síntomas leves de gripe eligen no visitar nunca a un médico. Por lo tanto, no sabemos cuántos casos hay de gripe o de cualquier virus nuevo cada año. Pero la gripe sigue matando gente cada invierno, y eso teniendo en cuenta que hoy en día existe una enorme proporción de personas inmunizadas por vacunas antigripales, especialmente niños y adultos mayores”.

Que la gripe sea un problema de salud es, precisamente, una razón para preocuparnos por el coronavirus, “no queremos otro problema igual que cause más muertes en el planeta. No obstante, todos esos factores interactúan entre ellos y todavía no hay una imagen completa del riesgo que implica esta pandemia, para cada tipo de persona, en cada país. Es importante destacar que las medidas recomendadas para sostener un buen sistema inmunitario evitando la infección y la posible enfermedad, son relativamente simples y para todas las edades”.

La recomendaciones son claras y sencillas, “es importante un buen lavado de manos varias veces al día, evitar las aglomeraciones de gente y el contacto con personas resfriadas o engripadas, evitar (en la medida de lo posible) situaciones estresantes que debilitan nuestro sistema defensivo, dormir bien, no menos de 6 horas diarias, alimentarse adecuadamente (lo más naturalmente posible), con mucha fruta cítrica (pomelo, limón, naranja) kiwis, frutillas, semillas (almendras, nueces), cocinando bien las carnes y huevos, evitando los alimentos muy procesados e hidratándose bien, no menos de 1500 cc de agua por día”.

Las vitaminas y el sol como escudos de defensa. “No está demás agregar, en este período otoñal que comienza, de 2 a 4 grs de vitamina C  por día (efervescente) dividida en dos tomas, una por la mañana y otra por la tarde, y en el caso de los ancianos, agregar un polivitamínico, con oligoelementos, porque su aparato digestivo puede tener menos capacidad para absorber nutrientes y, por último, exposición a la luz solar, aunque sea 10 min por día (el sol es un gran exterminador de virus y bacterias)”, enfatizó el doctor.

Por último, el profesional de la salud destacó que, “en este momento, se está intentando contener esta epidemia. En unos meses, el coronavirus vacuna mediante, sólo será un mal recuerdo. Es lo que se logró con el SARS y es a lo que se aspira con el nuevo patógeno. Se está viendo que las drásticas medidas aplicadas en China realmente están bajando significativamente el número de nuevos casos, habrá que ver qué pasa con el resto de los países”.

Las voces más críticas dicen que China podría aprovechar esta crisis sanitaria para justificar la expansión de su sistema de vigilancia, que ya es enorme. Si hay una lección que las autoridades chinas están aprendiendo aquí, es a conocer dónde están los puntos débiles de su aparato de vigilancia. La privacidad se está convirtiendo en algo del pasado en China y quizás un brote como este solo acelere ese proceso.

En fin, esto último es materia opinable, pero por las dudas hay que estar atentos a la evolución de los acontecimientos, en todos los países. Mientras tanto, no debemos caer en la paranoia, y descuidarnos de virus autóctonos con la misma capacidad de daño o más, como es el caso del dengue.