Germán Ranieri fue juzgado y condenado en 2004 a prisión perpetua por asesinar a un policía federal y herir a otros dos efectivos durante un asalto a una confitería en la zona de Palermo, en Capital Federal. Lo trasladaron de penal, le cambiaron tareas y pidió indemnización por medio de su abogado.

Ranieri cumple su condena en el penal de Devoto, donde también presta tareas y cumple horario de acuerdo a un régimen interno. El condenado, al encontrarse con un traslado de penal (de Devoto a Ezeiza), y un cambio de tareas y horarios (ahora se debe levantar a las cuatro de la mañana para trabaja en la panadería de la cárcel), presentó a través de su abogado una exigencia de 60 mil pesos en concepto de indemnización por considerarse despedido de las tareas y lugar anterior (Devoto).

El abogado se aferró a la Ley de Contrato de Trabajo para plantear que existe un cambio en las condiciones laborales de su defendido -ius variandi- y solicitó que se le abone una indemnización por despido.

«Está todo patas para arriba», fue el lacónico comentario del procurador penitenciario.