Por Santiago Fraga

El 9 de junio de 1956, sectores civiles peronistas intentaron llevar a cabo un levantamiento a nivel nacional con el objetivo de deponer la dictadura que un año atrás había derrocado al general Juan Domingo Perón bajo el lema de “Revolución Libertadora”. El por entonces presidente de facto, general Pedro Eugenio Aramburu, junto con el vicepresidente, almirante Isaac Rojas, conscientes previamente de lo que iba a suceder, consiguieron derrotar rápidamente la sublevación y actuaron de forma brutal contra los detenidos a través de la Ley Marcial, impuesta un día antes y que dio luz verde a la dictadura para aplicar la pena de muerte y los fusilamientos clandestinos.

Uno de los episodios más trágicos de la masacre se vivió en la localidad de José León Suárez, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Allí, doce personas (no todas relacionadas con el el denominado Levantamiento del general Valle) fueron detenidas y luego de un rato trasladadas a un basural, donde los policías tenían la orden de fusilarlos. Mario Brión, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Lizaso y Vicente Rodríguez fueron asesinados en el lugar, mientras que Reinaldo Benavidez, Rogelio Díaz, Horacio Di Chiano, Norberto Gavino, Miguel Ángel Giunta, Juan Carlos Livraga y Julio Troxler pudieron escaparse o sobrevivir allí mismo del fatal destino.

A pocos meses de cumplirse sesenta años de aquel hecho que quedó inmortalizado en la tinta de Rodolfo Walsh con la mítica obra “Operación Masacre”, la memoria sigue viva en la ciudad y es el Club Social y Deportivo Central Ballester quien se encarga de recordar la historia y honrar la memoria de los fallecidos.

Futbolísticamente, la institución nacida en 1974 en Villa Ballester, clarinluego trasladada a José León Suárez, militó desde su fundación y durante gran parte de su historia en la Primera D del fútbol argentino, siendo su máxima conquista un título y ascenso a la Primera C en 1995, el cual tuvo la particularidad que, por un robo en la utilería, disputaron con la camiseta de Rosario Central, con lo cual se ganaron su apodo de “Canallas”.

Conclusión habló con Ezequiel Rodríguez, actual Jefe de Prensa y responsable de diseñar y llevar a cabo este proyecto, quien nos contó sobre el compromiso social que adopta la institución, sus emociones a la hora de la presentación realizada anteanoche, y un poco más de la historia de un club que no permanece ajeno a la historia.

El objetivo de esta camiseta es alimentar el vínculo de pertenencia del club para con la localidad de José León Suarez, en donde tuvo su último estadio (loteado por punteros políticos y ocupado por personas en situación de emergencia habitacional) y en donde está construyendo el futuro estadio. Además es la continuidad de un manifiesto de pluralidad ideológica y compromiso histórico, político y social para con ‘el barrio’”, cuenta a la distancia ‘Zeque’, quien pasó por varios cargos dentro de la institución, pero siempre estuvo ligado al club de sus amores.

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Ezequiel, en su rol de diseñador, fue quien ideó y plasmó el concepto que llevarán en su camiseta alternativa los once jugadores que semana a semana defiendan los colores de Central Ballester. Ezequiel, en su rol de hincha, vive una emoción indescriptible.

Una vez que terminó la presentación de la indumentaria me puse a llorar”, asegura, y prosigue con el relato: “Para mí haber podido plasmar mi idea desde el concepto hasta la realización, pasando por la aprobación de los compañeros de comisión, la ejecución gráfica, la respuesta del fabricante de la indumentaría, el armado del evento, las palabras de Marcelo Mazzarino (director de la biblioteca de Deportea) y los brindis con compañeros de campañas en las que nos salvábamos de la desafiliacíon en la última fecha gracias a los resultados de otros partidos… fue una de las cosas más emocionantes que me pasaron en la vida”.

A su vez, asegura a este medio que el enterarse de “que hay gente en Rosario que sabe decodificar el mensaje que se está dando”, es para él “una palmada en la espalda”.

José León Suárez no es una localidad cualquiera tampoco, ni es casual que desde el club adopten este compromiso para con la sociedad: “es la residencia de muchas manifestaciones mudas (muchos barrios de emergencia con personas de pocos recursos económicos y de pocas posibilidades de formación intelectual)”, asegura Rodríguez, quien además explicó que el club “no se manifiesta con contenido político en respuesta al esponsoreo de alguna agrupación, partido o sindicato (situación muy normal entre las instituciones de estas categorías del ascenso por la necesidad de subsistir sin poder auto-financiarse)”, sino que “lo hace porque considera vital mantener la memoria activa para aclarar el porvenir”.

No es la primera vez revista tribuna rojaque el Canalla se involucra en un proyecto así. En el 2013, al conmemorarse el 17 de agosto el club estrenó y lució durante toda la temporada en su camiseta el busto del general José de San Martín, “para recordar su obra y sobre todo su voluntad; aprovechando que, de los clubes del partido de San Martín que están afiliados a AFA, es el único originario del mismo”.

“Hoy en día las personas que trabajamos en Central Ballester somos todos vecinos de José León Suarez y Villa Ballester que, con todo nuestro amor al barrio, nuestra voluntad y con nuestras limitaciones a cuestas tratamos de hacer crecer a la institución y de generar reciprocidad en el orgullo que siente el club por el barrio”, aseguró finalmente Ezequiel, orgulloso de su institución que buscará pelear el ascenso con un emblema de lucha cargado en el pecho.

 

La camiseta:

central ballester, la pagina no oficial

Fotos: Prensa Central Ballester; Central Ballester, la pagina (no oficial); Clarín; Revista Tribuna Roja.